Por
otro lado, no hay ningún motivo para confiar en lo que están haciendo en
Warner/Dc en cines últimamente. Desde El
Caballero Oscuro no levantan cabeza y cada película parece más torpe que la
anterior (precisamente estos días he aprovechado para recuperar Batman V. Superman en su versión
Ultimate, y aunque mejora un pelín –al menos dignifica algo, aunque tampoco
mucho, a Clark Kent/Superman- tampoco basta para salvar al film del desastre).
Solo quedaba la duda de si se debía culpar de ello a sus creadores (Nolan
siempre pareció más interesado en hacer un thriller policíaco que un film de
Batman y en El regreso del Caballero
Oscuro se le fue la mano en todos los sentidos) o de los directivos. A
ellos se les achaca el desastre de Batman
V. Superman, por más que los palos iniciales cayesen sobre Snyder.
En
espera a una Liga de la Justicia que
debería seguir los pasos de ese dúo oscuro y depresivo, Escuadrón Suicida prometía ser un oasis en el desierto, una
película capaz de ir a su bola, lejos de las influencias de Zack Snyder y del
también denostado David S. Goyer, dejando las riendas en manos de un artesano
con suficiente personalidad propia como para hacer SU propia película. Pero
esos rumores de montajes alternativos impuestos desde arriba (se dice que
incluso se llegó a engañar a Ayer para que diese el visto bueno) así como el
aumento a posteriori del protagonismo de Batman tras ser de lo poco que gustó
del film anterior (que al final no es para tanto) no hacían presagiar nada
bueno.
Y
con total falta de hype pero a tope de ilusión y esperanza me he enfrentado a
este nuevo capítulo de la saga que pretende contarnos, muy a trompicones, la
creación del Universo DC.
¿Y
qué es lo que me he encontrado? Pues, lamentándolo mucho, un despropósito
total. No puedo decir que esta película sea peor que Batman V. Superman, pero no le anda a la zaga.
De
entrada, ambos comparten el mismo problema: tienen las bases para ser una gran
película y lo echan todo a perder con un guion ridículo. Ya desde la misma
escena de presentación de personajes uno intuye que la cosa no va bien
encaminada. No hay una coherencia narrativa (aún no sé si esto es un drama, una
comedia, una peli de superhéroes, una epopeya bélica o una de terror), el
montaje es confuso y precipitado y los personajes, por más que se les quiera
dotar de un trasfondo dramático, son meras caricaturas. Ni siquiera los efectos
especiales salvan la papeleta, con un Killer Croc grotesco, un Diablo que en su
confrontación final con el villano de opereta me recordaba a los peores
momentos de El Motorista Fantasma y
una amenaza (otra vez el mundo en peligro por la abertura de portales
interdimensionales, o místicos, o qué se yo…) final que parecía sacada de Cazafantasmas.
Esta
es la primera película de supergrupo de DC y es evidente que ha fracasado por
completo, aunque su escena postcréditos (sí, tiene escena postcréditos, para
que luego digan…) deje clara la posible conexión con La Liga de la Justicia.
No
obstante, no deja de ser una película de superhéroes, y eso significa
mamporros, acción y espectacularidad, y eso siempre mola pero, ¿mola lo
suficiente? No cuando todo es tan confuso y se abusa tanto del Deus ex machina.
Había momentos en los que no me enteraba de nada, no porque no entendiese lo
que pasaba, sino porque no entendía porqué pasaba, en un completo homenaje al
absurdo y el sinsentido, personificado todo ello en el papel de Viola Davis.
Tanto es así que hubo momentos en los que me sentí como cuando vi Los Cuatro Fantásticos de Josh Trank.
Y
aun así, acepto darle un aprobado raspado. Y eso se debe, además de a una interesante banda sonora, a la presencia de un impresionante reparto (aunque con alguna estrella totalmente desapercibida, como Adewale
Akinnuoye-Agbaje bajo capas y capas de maquillaje o Scott Eastwood, que ni recordaba que salía hasta leer los créditos finales). Pero la presencia de
nombres como Jai Courtney, Joel Kinnaman o Clara Devigne dan cierta enjundia al
producto, mientras que Will Smith y Margot Robbie es de otro nivel. Pese al
deje atormentado que pretenden dar a Deadshot, Smith vuelve a recordar al magnifico
actor de comedia de sus comienzos y la empatía entre su personaje y el de
Harley Quinn logra salvar la película. Y es que si en mi comentario de La leyenda de Tarzán ya advertía que la
Robbie era de lo mejor del film y prometía más o menos lo mismo para esta
ocasión, lo cierto es que la rubia descubierta en El lobo de Wall Street está colosal. Su personaje por sí solo
justifica el visionado de la película, con un humor delirante e histriónico que
logra resumir a la perfección la esencia del personaje. ¡Y qué bien le sientan
esos shorts tan cortos!
Lo
de Jared Leto como Jocker es otro tema. No sé si es culpa del doblaje en
español o del director, pero se me antoja otro despropósito casi tan grande
como el Luthor de Eisenberg.
En
fin, nueva oportunidad desperdiciada de Warner y su universo comiquero. Muchas
eran las esperanzas puestas en este título y nueva desilusión que hace que ya
poco me pueda esperar del próximo, turno de Wonder
Woman. Copiar el estilo Marvel e momento no les está funcionando. Veremos
lo que les depara el futuro. Ahora será tiempo de ver si la taquilla está en
consonancia a las críticas y si este segundo varapalo trae nuevas
consecuencias. Lo que parece claro es que Ayer solito no puede ser responsable
del fiasco y algo tendrán que decir los directivos que anteponen sus opiniones
económicas a las creativas. Esto es un negocio, sí, pero a este paso pronto van
a dejar de ganar dinero.
Valoración:
Cinco sobre diez.
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