Si comienzo diciendo que
nos encontramos ante una película española ambientada durante la dictadura
franquista posiblemente lo primero que pensareis es: ¡venga, otra más!
Sin embargo, en esta
ocasión, esa oscura etapa de nuestra historia reciente no sirve como base para
un alegato político crítico con el régimen, sino como simple telón de fondo
para una historia tan sencilla como (a priori) amarga que, en forma de road
movie coral y con John Lennon como excusa argumental, desemboca en un mensaje
optimista y cargado de buenas intenciones (quizá incluso demasiadas) cuando se
torna en una historia sobre la lucha interna y el espíritu de superación.
Sin ser ni de lejos la
mejor película de David Trueba, el hermano pequeño de Fernando se basa en una
historia real (la de un profesor de Albacete que utiliza las letras de las
canciones de los Beatles para enseñar inglés y se desplaza hasta Almería para
tratar de conocer en perdona al líder del grupo de Liverpool con el propósito
de convencerle para que añadan las letras de las canciones en las fundas de los
discos) aderezada con retazos autobiográficos para confeccionar el periplo de
tres personajes diametralmente opuestos como son el profesor, una joven
embarazada que huye de su pasado y un adolescente que huye de su propia
indeterminación, que no solo conectaran desde el primer momento sino que
terminarán enseñándose unos a otros lecciones de lo que es la vida y cómo
enfrentarse a ella.
Apoyada sobre todo en una
exquisita ambientación de la época y unos personajes totalmente empáticos, la
historia de Trueba peca demasiado de sencillez, dejando un buen pero breve
sabor de boca, y con la sensación de que se queda tan solo a las puertas de la
grandeza a la que podría aspirar. Por ello, lo mejor del film son sus intérpretes,
con un Javier Cámara tan brillante como nos tiene acostumbrados y dos promesas
con un gran futuro, como Francesc Colomer, ya visto en Pà Negre, y la
desconocida Natalia De Molina, con el encanto de una sencillez tan arrebatadora
que, sin necesidad de una belleza deslumbrante, enamora sin concesiones.
Sin ellos, la película
sería una simple sucesión de situaciones simpáticas pero sin alma, pero que con
sus interpretaciones se torna apasionada y emotiva,
También ayuda la participación
de Eduardo Antuña y los breves cameos de Jorge Sanz, Ariadna Gil y Valentí
Guardiola (el padre de Pep), además de dos secundarios de lujo como son el Seat
850 del protagonista y la presencia, casi espiritual, de Lennon y su legendaria
Help.
Concluida la visualización
quizá uno se quede con ganas de más, sintiendo que falta algo que termine de redondear
el círculo, pero nada podrá evitar que una sonrisa se dibuje en nuestro rostro
y nos sintamos un poquito más felices, lo que pese a las carencias que pueda
tener la película, es más que suficiente para justificar el precio de la
entrada.
Y es que, efectivamente,
hay veces en que vivir es fácil. Solo hace falta que luchemos por ello.
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