La quinta ola es una nueva tontería que trata, sin demasiada
convicción, abrir una nueva saga para adolescentes copiando descaradamente
todas las reglas del juego: basarse en una saga literaria juvenil, tener a un
actor (o preferentemente actriz) más o menos reconocida, imaginar un panoramas utópico
o postapocalíptico, reunir a base de talonario a un par o tres de secundarios
de lujo y conseguir que entre mundos que salvar y familias a las que vengar
cuele una historia de amor, si es con aspiraciones de triángulo mucho mejor.
La
mejor baza de La quinta ola (y casi
la única) es la presencia de Chloë Grace Moretz, intentando tomar el testigo de
Jennifer Lawrence y su Katniss Everdeen de Los
juegos del hambre, una actriz sobre la que recae casi todo el peso de la
película y que puede ser perfecta para el papel de chica asustada y superada
por las circunstancias que, si el público lo permite, irá endureciéndose a
medida que avancen las secuelas hasta volverse dura y fría (algo así como el
personaje que la encumbró a la fama en Kick
Ass). Capaz de ello es, tal y como demostró en el remake de Carrie. Otra cosa es que eso sea
suficiente para aguantar una historia tan inestable y ridícula.
Pero
vayamos al asunto: La quinta ola
describe como unos extraterrestres llegan a la Tierra y empiezan a liarla
parda. La invasión se desarrolla en cinco fases (de ahí la quinta ola del
título), con algunas secuencias de destrucción bastante interesantes pese a la artificiosidad
digital que las condiciona (todas ellas desveladas ya en el tráiler). Así, uno casi
puede imaginar que habría hecho el director Roland Emmerich si le hubiesen dado
este guion: seguramente hacer una película por cada ola y eso que habríamos
ganado. Aquí, la invasión solo ocupa el primer acto de la trama, pasando a
mostrarnos dos historias paralelas en su segundo arco, donde las sorpresas son
escasas y todo suena a demasiado repetitivo. Por un lado, la protagonista,
Cassie, deberá desenvolverse en solitario en un mundo hostil con unos
alienígenas descendientes de los de La
Invasión de los ladrones de cuerpos y cosas que recuerdan mucho a The Host (La Huesped), la fallida
adaptación de otra obra de la creadora de Crepúsculo.
Por otro, vemos como su hermano es reclutado por el ejército superviviente para
adiestrarlo junto a otros niños a modo de Los
juegos de Ender (otra peli fallida que nunca llegó a convertirse en saga).
Por
medio de todo, naturalmente, dos galanes que se disputarán en posteriores
entregas el amor de la dama: uno duro y malote (Alex Roe, un actor tan
espantoso que su aparición hace que la película termine por desinflarse del
todo) y otro tierno y con cara de perrito adorable (Nick Robinson, el hermano
mayor de Jurassic World).
Poco
se puede reseñar de una película que copia de todas partes (por supuesto, ni he
leído la novela ni me he molestado en datarla, por lo que no se si la obra de Rick
Yancey copiaba o era copiada) aparte de celebrar las apariciones de los
mencionados secundarios de lujo. Por ahí aparecen una caricaturesca y exagerada
Maria Bello; Maika Monroe, que invita a pensar que el triángulo amoroso puede
tener cuatro vértices; Ron Livingston, recordado principalmente por Boardwalk Empire y, sobre todo, Liev
Schreiber, que siempre cumple en el papel de machote.
No
pretendo ser excesivamente cruel con este subgénero, el denominado Young Adult
(YA) en los USA, que parecen siempre cortados por el mismo patrón (al menos Los Juegos del hambre y El corredor del laberinto son sagas que
me funcionan bastante bien, aunque no soporto Divergente ni su secuela), pero parece haber un cierto aire de
desgana en esta producción sin más ambiciones que la de crear una nueva
franquicia que de dinero sin molestarse en profundizar lo más mínimo ni
arriesgar más que lo estrictamente necesario.
Lo
siento por la Moretz, una chica de extraña belleza que siempre me cayó muy
bien, pero no le auguro demasiado futuro a esta aspirante a saga que, desde
luego, no merece llegar a serlo. Por más que siempre mole ver tsunamis
arrasándolo todo en pantalla grande.
Valoración:
4 sobre 10.
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