Han
pasado ya doce años desde que se estrenara Bridget
Jones: Sobreviviré y quince desde que El diario de Bridget Jones diese inicio a la saga, y que se estrene ahora Bridget Jones´baby, coincidiendo con el
regreso de su protagonista, Renée Zellweger, de su retiro temporal del mundo de
la interpretación apesta a oportunismo barato y a intentar exprimir más la teta
de una vaca que parecía ya fallecida. O quizá se deba solo a la falta de
imaginación de los productores de Hollywood (y no de los guionistas, a los que
siempre se acusa tan alegremente) que nos han obsequiado recientemente con
secuelas como Independence day o
remakes como Cazafantasmas.
Ya
de entrada debo decir que El diario de
Bridget Jones no me pareció una gran película, pese a ser muy heredera de
su tiempo y sucesora de otras comedias románticas británicas como Cuatro bodas
y un funeral, Notting Hill y similares (ahí está el guionista Richard Curtis
como denominador común). Nunca encajé bien la dualidad entre la historia del
patito feo (y mi problema con la Jones no era lo pasadita de kilos que pudiera
estar, sino lo exageradamente torpe y zoqueta que podía llegar a ser) y la de
los dos galanes que se peleaban por ella. Y tampoco soy fan de la Zellweger,
que incomprensiblemente fue nominada al Oscar por las muecas sobreactuadas de
esta película. Pero al menos debo reconocer que la manipulación sensorial que
una efectiva banda sonora y un par de chistes graciosos, y el contrapunto entre
Hugh Grant y Colin Firth, hacían del film una propuesta algo simpática que en
su secuela cayó en picado con una repetición de esquemas descarada y anodina.
Con
semejantes antecedentes iba algo predispuesto a que esto fuese más de lo mismo,
estirar el chicle con un vehículo que permitiese a la protagonista de Cold Mountain y Chicago pagarse más operaciones de cirugía y otros caprichos
varios, pero debo reconocer que salí gratamente sorprendido de ver la película
y supe apreciar un esfuerzo por hacer las cosas mejor, no ya que en la secuela
(lo cual era terriblemente fácil), sino que la original.
De
entrada, Bridget Jones´baby (¿alguien
me puede explicar por qué le ha parecido a la distribuidora española tan
complicado de traducir el título?) no adapta ninguna novela de Helen Fielding,
y aunque la escritora británica figura en los créditos como guionista, ahí debe
sumarse a Dan Mazer (que procede de la escuela de Sacha Baron Cohen y, sobre
todo, a Emma Thompson, que no solo aporta su toque de elegancia (recuerden que
ganó el Oscar por la estupenda Sentido y
sensibilidad) sino que se reserva un papel en el reparto tan secundario
como brillante.
Aunque
repita la directora de la película original, Sharon Maguire (que no ha dirigido
más que una película en estos quince años), se nota un intento de modernizar la
puesta en escena, rompiendo con la imagen desangelada de Bridget y buscando un
enfoque musical alejado durante gran parte del metraje de las canciones
edulcoradas propias de este tipo de películas. Esto tiene en su contra que
puede llegar a confundir al espectador, con una extraña mezcla entre ejercicio
de nostalgia y narrativa juvenil que impide saber a ciencia cierta a quién va
enfocada la película, si a un público joven o más bien veterano (femenino
siempre, en todo caso), pues por más que se esfuercen en incluir temas
musicales como el famoso (y ya bastante caduco) Gangnam style, al final la cosa no deja de ir de una historia de
amor entre cuarentones (aunque Zellweger tiene ya cuarenta y siete y Firth
cincuenta y seis, y vaya si se les nota).
Sobre
la trama, poco que decir. Se repite el esquema de dos hombres peleando por
Bridget esta vez con un embarazo de por medio, aunque al menos han sabido darle
la vuelta al conflicto y conseguir que el guaperas Patrick Dempsey se distancie
lo suficiente del Hugh Grant como para que no suene a más de lo mismo. El humor
está mejor conseguido que en las anteriores películas y el motor de la historia
está en la confrontación de sentimientos más que en la penosidad que desprendía
Bridget anteriormente. Por supuesto, continúa siendo igual de metepatas, pero
con más gracia. Y el final contiene, esta vez sí, el broche de oro definitivo
para cerrar la trama principal de la saga.
Bridget Jones´baby no es una gran película, pero sí lo suficientemente
entretenida y simpática como para conseguir ser, posiblemente, la mejor de la
trilogía (aunque me queda la duda de si la última escena es solo un chiste
final o una invitación para una nueva secuela). Pese al acartonamiento de la
Zellweger que limita mucho su trabajo interpretativo, el film tiene todos los
ingredientes como para hacer pasar un buen rato, aunque también tiene todo lo
necesario para asustar a una parte de los espectadores potenciales demasiado
distanciados en el tiempo con la (¿heroína?) británica y en una época donde el
público femenino parece más interesado otros temas más banales (el tráiler de
la secuela de Cincuenta sombras de Grey ha
batido records de visionado) que la maternidad (aunque no nos engañemos, el
trasfondo moral y las apariencias de crónica social no son más que meras
excusas de relleno).
Valoración:
Seis sobre diez.
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