Habría que empezar por señalar que la premisa de Manhattan sin salida es completamente ridícula.
Tras un tiroteo entre dos ladronzuelos de poca monta que termina con un buen número de policías muertos, el agente asignado al caso decide cerrar toda la isla de Manhattan para así conseguir sitiar a los culpables.
Aceptado dicho planteamiento, lo cierto es que estamos ante un thriller policiaco de corte clásico muy bien filmado y con un ritmo trepidante. Con Brian Kirk a los mandos (director que debuta en cine pero que en televisión ha participado en series como Juego de tronos, Dexter o Penny Dreadful) y reuniendo en el elenco protagonista a Chadwick Boseman y Sienna Miller, aunque con espacio para secundarios de lujo como J.K. Simmons o Taylor Kitsch, la película cuenta también con la propia Manhattan como recurso narrativo, convirtiendo a sus calles (y sé que esto suena a tópico, pero en este caso es más cierto que nunca) en unas protagonistas más.
Con una trama con diversos giros, algunos de los cuales es cierto que se intuyen desde lejos, la acción está muy bien filmada y consigue que, pese a esas mencionadas carencias en su guion, resulte todo un espectáculo pirotécnico violento y muy entretenido.
Valoración: Siete sobre diez.
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