Ya no cabe la menor duda. Ya sea por calidad o por rentabilidad, el cine de terror más mainstream pasa por la Blumhouse.
Fantasy island es la última prueba de ello, una adaptación de la serie de televisión homónima de finales de los años 70 que apenas tuvo repercusión en nuestro país.
Para su actualización, la película dirigida por Jeff Wadlow se presenta como un eficaz cruce entre un reality show al estilo Supervivientes con la parte más mística (y surrealista) de Perdidos.
Mr. Roarke, al que da vida un Michael peña mucho más serio de lo que nos tiene acostumbrados, dirige un resort de lujo en una afrodisíaca y misteriosa isla a la que solo se accede mediante rigurosa invitación. Los afortunados disfrutarán de una mágica estancia durante la cual su deseo más profundo se hará realidad. Pero claro, no hay duda de que cumplir tus sueños tiene un alto precio, y ahí es donde todo se empieza a torcer.
Siendo casi más una película de aventuras y acción que de puro terror, hay momentos en que uno podría espantarse ante lo ridículo de su propuesta (y más cuando se empieza a retorcer el guion con giros y más giros que, además, pretenden dejarlo todo bien atado y claramente explicado), pero por fortuna Wadlow dota al film de un sentido del humor tan auto paródico que impide que nunca se tome la cosa demasiado en serio. Así, muchos momentos derivan hacia una comedia ligeramente absurda que, aunque quizá no sea suficiente para convencer de las excelencias (si es que las tiene) de esta película, si permiten, al menos disfrutar de ella como un entretenido y estimulante pasatiempo.
Valoración: Seis sobre diez.
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