domingo, 3 de mayo de 2020

Visto en Netflix: EL JUEGO MÁS FRÍO

Uno de los méritos que hay que reconocerle a Netflix es que se dedica a producir y distribuir películas de todo tipo de países. El juego más frío, por ejemplo, es un buen ejemplo, una película polaca (aunque rodada en inglés y ruso) que difícilmente habríamos podido ver por aquí de no ser por el streaming.
Con Bill Pullman como máximo reclamo, la película ficciona una historia de espías con la crisis de los misiles de Cuba como telón de fondo ambientada en una final mundial de ajedrez entre Estados Unidos y la URSS cuyos integrantes no son Bobby Fischer y Boris Spassky pero que se les parecen mucho.
Alguien podría pensar que la combinación entre el ajedrez, la guerra fría y una producción polaca suena algo aburrido, y en cierto modo no le falta razón. Pero no porque la historia no pueda resultar apasionante (imaginen lo que Tom Clancy habría hecho con este planteamiento), sino porque el director Lukasz Kosmicki demuestra su falta de experiencia en el lenguaje cinematográfico (se había dedicado hasta ahora a las series) y a la película le cuesta encontrar un ritmo apropiado para hacer más digerible un guion algo tramposo y, en ocasiones, falto de coherencia.
Con todo, la película entretiene bastante y ofrece un retrato fiel a la tensión que reinaba en el mundo a mediados de los 60’, resultando especialmente interesante que, por una vez, el narrador no lo haga desde un punto de vista americano, aunque en ocasiones lo parece.


Valoración: Seis sobre diez.

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