Hace apenas un rato comentaba el problema que tienen las comedias como Future man, pues necesitan de varios episodios para que el espectador conozca a los protagonistas y los pueda amar (u odiar, según sea el caso) lo suficiente como entusiasmarse con la misma.
Algo parecido me sucedió con Avenue 5, solo que la conexión fue más rápida y la sensación de vacío (solo hay una temporada disponible) más dolorosa.
Avenue 5 se sitúa en un futuro no muy lejano en el que los cruceros turísticos se realizan alrededor de Júpiter en lugar vadeando islas mediterráneas. Ahí se encuentra el capitán Ryan Clark, interpretado por un Hugh Laurie que consigue sacarse con mérito el disfraz del doctor House, casi una leyenda debido a su heroica intervención en un accidente en un crucero anterior.
A bote pronto, conociendo en pinceladas a la tripulación y a algunos de los pasajeros, con sus historias de matrimonios en crisis y demás, la cosa amenaza con recordar a una especie de Vacaciones den el mar pero con toque cómico y en el espacio, pero la cosa cambia drásticamente con el primer giro de los acontecimientos, un incidente que provoca que lo que iba a ser un viaje de ocho semanas se prolongue hasta los tres años y cada uno de los personajes se deba quitar las caretas para demostrar su verdadero yo.
Ahí es cuando arranca con fuerza la serie, rompiendo esquemas y demostrando un humor negro muy malvado que funciona a la perfección. Incluso los elementos de escatología (hay un gran anillo de mierda alrededor de la nave) están mucho más integrados que en la mencionada Future man, consiguiendo tratar temas espinosos con una mala baba tan insana como aplaudible.
Una comedia, en fin, que va creciendo a medida que avanza la trama y con un final que te hace desear con ansias el estreno de la segunda temporada.
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