sábado, 28 de noviembre de 2020

Visto en Amazon Prime: JUEGO DE ESPÍAS

Creo que últimamente estamos (yo el primero) abusando mucho de lamentar las películas que, por culpa del cierre de los cines, han recaído en la pantalla pequeña, pero lo cierto es que quizá muchas de esas películas tampoco habrían tenido un hueco en las carteleras en un año normal. Ese, sin embargo, no es el caso de Juego de espías, comedia de acción dirigida por Peter Segal cuyos carteles promocionales inundaban los cines justo antes del confinamiento de marzo.

Se podría decir que cuando Arnold Schwarzenegger (héroe de acción indiscutible de los ochenta y los noventa codo con codo con Stallone) decidió dar el salto a la comedia de la mano de Ivan Reitman con Poli de guardería (1990), creó una nueva moda. Ciertamente, resultaba muy divertido ver a un armario de puro músculo interactuando con un indefenso niño, y muchos fueron los que siguieron su ejemplo: Dwayne Johnson (cuando aún era conocido como The Rock) lo hizo en Padre por sorpresa, Vin Diesel en Un canguro superduro, y ahora es turno de otro ex campeón de lucha libre reconvertido en actor, Dave Bautista, al que siempre se recordará por su papel de Drax, el destructor, en Guardianes de la Galaxia y su secuela (y, algún día, si Dios quiere, su tercera entrega).

La premisa es un calco casi insultante de la mencionada Poli de guardería. Un agente y su compañera deben espiar a una joven madre con lazos familiares con un peligroso terrorista. En aquella, era la ex mujer; en esta la cuñada.

Afortunadamente, aquí terminan las similitudes y mientras Schwarzenegger se camuflaba (es un decir) bajo la piel de un profesor de guardería, Bautista ocupa un apartamento vecino en el que instalar un sofisticado equipo de vigilancia. Aquí, es la hija de la vigilada (adorable Chloe Coleman) quien toma cartas en el asunto y, tras descubrir la tapadera de los agentes, se las ingenia para aprovecharse de la situación.

Aunque en este tipo de propuestas más o menos infantiles siempre hay un punto de moralina, no es la intención de Peter Segal, especialista en comedias de este tipo, la de buscar moralejas. Más bien opta por aprovecharse de la química entre los dos protagonistas y buscar situaciones inverosímiles en las que la envergadura de Bautista resulten ridículas o donde se demuestre lo detenidamente manipuladores que pueden ser los pequeños. Ni siquiera importa mucho lo que pase con el villano de la función, casi olvidado hasta el último acto donde la comedia da paso a la acción (incluyendo un claro homenaje -no quiero pensar en plagio- a Mentiras arriesgadas, también con Schwarzenegger), sin importar que por el camino se hayan desaprovechado un poco las bazas de los secundarios, pues por ahí pasean Kristen Schaal (El último hombre en la tierra), Ken Jeong (Resacón en Las Vegas) o Parisa Fitz-Henley (Luke Cage).

En fin, comedia familiar sin más aspiraciones que la de entretener con una propuesta simpática aunque con regusto a algo ya visto.

 

Valoración: Seis sobre diez.

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