Hace unos pocos
años se podría suponer que Alexandra Daddario iba para estrella. Protagonista
de sagas adolecentes más o menos exitosas como la de Percy Jackson, niega reina del terror con La matanza de Texas 3D y coprotagonista junto a Dwayne Johnson del taquillero
que supuso San Andrés, trato de dar
un giro a su carrera potenciando su faceta más sexual en la primera temporada
de True Detective. Sin embargo, el
fracaso de Baywatch (Los vigilantes de la playa, uno de los
pocos tropiezos en taquilla de Johnson) la relegó al olvido. Demasiado joven
para ser ya una estrella extinta, sus pagos parecen condenados a comedias
románticas del montón en busca de esa película sleeper que la devuelva a la primera plana. Pero no es fácil
encontrar el pelotazo que marque a toda una generación, y guiones como los de Cuando Harry encontró a Sally, Pretty Woman o Mientras duermes tampoco es que abundan. Y no ayuda mucho el hecho
de que se trate de producciones estrenadas directamente en V.O.D.
No te lo vas a creer, de finales del año pasado, se ha estrenado aquí de la mano de Amazon Prime, peto por una vez no se le puede culpar al dichoso Covid de ello.
Dirigida por Elise
Duran, en su primer trabajo digno (mínimamente) de mención, la película parte
de una premisa simpática: una joven becaria cuenta toda su vida (secretos más
íntimos incluidos) a un desconocido durante un viaje de avión del que piensa
que no va a sobrevivir, sin saber que el tipo en cuestión va a resultar ser su
atractivo jefe. Lo malo es que, si ya con la premisa uno puede olerse por donde
van a ir los tiros, no hay ni el más mínimo giro de guion, ni la más mínima
secuencia, que puede sorprender lo más mínimo.
No te lo vas a creer es una
comedia romántica tan previsible que llega incluso a ofender. No es que haya
nada malo en ella, es tierna, divertida y romántica, pero es tan exageradamente
fiel a un esquema ya caduco que termina por aburrir.
Tampoco es que los
actores estén especialmente inspirados, y eso que la Daddario ejerce como
productora. Ella sobreactúa en muchas escenas mientras que él (Tyler Hoechlin)
se limita a lucir sonrisa mientras piensa en lo guapo que es.
En fin, película
muy plana y limitada, sólo indicada para incondicionales del género, pero que
seguramente ni siquiera a estos llegue a entusiasmar en exceso.
Valoración: Cuatro
sobre diez.
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