Ya estamos apurando el mes de noviembre, lo cual implica que la cuenta atrás para las Navidades está a punto de comenzar. En Netflix, sin embargo, ya hace tiempo que pensaron en ello. Y es que, si algo hay que identifique a la plataforma de streaming es su predilección por las películas navideñas.
Una
de las primeras en llegar este año ha sido la de Un padre por Navidad. Trata sobre cuatro hermanas y sus respectivas
familias que cada año se reúnen en busca de las navidades perfectas con el
recuerdo de haber sido abandonadas por su padre precisamente un veinticinco de
diciembre. Como puede imaginarse por el título, este año toca reencuentro
familiar, con los equívocos y tropiezos que ello debería provocar. Y digo
debería porque esta supuesta comedia bienintencionada lo único que provoca es
apatía y bostezos.
“Es
una película navideña de Netflix, ¿qué esperaba encontrar?”, preguntaréis algunos.
Bueno, si os digo que el susodicho padre y su hermano están interpretados por
los geniales Kelsey Grammer y John
Cleese entenderéis mi interés. Pero nada, ni ellos logran salvar un
despropósito de película donde el pretendido conflicto no alcanza como para
aspirar a un desenlace emotivo. No hay diálogos aprovechables, ni situaciones
suficientemente divertidas capaces de superar la media sonrisa ni tampoco los
personajes obran siguiendo un mínimo de lógica. De hecho, uno de los problemas
que tengo con el filme es que ninguna de las protagonistas me cae nada bien,
con lo que suceda en su familia me trae bastante sin cuidado. Y eso que hay
algún rostro conocido más, como el de la apergaminada Liz Hurley o Kris
Marshall, interpretando a un pobre desgraciado, el único capaz de provocar un
mínimo sentimiento de afecto. Por cierto, que viendo a este actor por aquí
daban ganas de dejar la peli a medias y reencontrarse con él en Love Actually, una comedia romántica
navideña de las de verdad.
Valoración:
Tres sobre diez.
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