Durante el confinamiento del pasado año, el encierro provocó un desarrollo de la creatividad que fue desde sacar al cocinillas que todos llevamos dentro (aunque no lo supiéramos hasta entonces) hasta la proliferación de guiones y proyectos que en otra época no habrían tenido cabida. Se debe, sin embargo, saber diferenciar entre el disponer de tiempo libre para desarrollar proyectos almacenados en el armario en espera de disponer de algo de tiempo libre de los simples proyectos para matar el aburrimiento.
Michelle
y Robert King son el matrimonio detrás de éxitos como The good wife y The good
fight que ahora triunfan con su último invento: Devil. Quizá ese aburrimiento que comentaba fue lo que inspiro esta
miniserie de apenas seis episodios llamada The bite que, por lo que leo por ahí, parece haber gustado bastante a según qué
críticos pero que a mí me ha parecido un despropósito mayúsculo.
The bite está situada precisamente durante el mencionado
confinamiento, estando narrada, por tanto, a través de conversaciones de zoom y
con muy poco recursos. Rachel es una doctora que, atendiendo a sus pacientes
mediante video llamadas, descubre que el virus del Covid ha sufrido una
mutación que transforma a los infectados (¡oh, sorpresa!) en zombis.
Es
curioso que sea precisamente yo quien critique tan drásticamente un producto con
zombis por en medio, pero es que la serie es tan tremendamente aburrida que se
hace duro terminarla, pese a ser solo seis capítulos. Es como si los propios
King hubiesen concebido esto como mejo divertimento, sin prestarle demasiado
interés, y eso se transmite al espectador. Por un lado, por la confusa comedia
que no casa nada bien con los largos discursos científicos que tratan de
convencernos de la posible verosimilitud del virus. Por otro, el aspecto
técnico y visual de la serie, filmada con cuatro duros, es tan paupérrimo que
hace daño a los ojos. Los efectos digitales, muy escasos, son de vergüenza, y
tanto los diálogos como las interpretaciones son lamentables también. Poco hay
que salvar en una propuesta que podría parecer algo interesante a lo largo del
primer episodio pero que se va desinflando hasta llegar a la mediocridad más
absoluta.
En
fin, una propuesta que podría haber interesado a aquellos que no son amantes
habituales del cine de zombis, pero que visto su desarrollo no recomendaría ni
para tener de fondo mientras se hacen las tareas del hogar. Totalmente
prescindible.
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