Fernando Colomo es uno de esos directores que, pese a no contar con ninguna obra maestra en su haber, tiene una interesante filmografía, repleta de buenas comedias y un buen puñado de pelis de amor (¿o quieren decir sexo?). Por eso me duele especialmente haber sufrido este despropósito de película que se mire por donde se mire no tiene por donde cogerla, ni aun abusando de la más pura buena voluntad navideña.
Cuidado con lo que deseas es una extraña y
confusa adaptación de un cuento de David Marqués, una obra que no sabe muy bien
si acercarse a la comedia navideña, al terror infantil o a la fantasía
mágica, pues tiene de todo un poco y
pero nada con acierto.
De lo poco que se me puede justificar es de ser
suficientemente honesta con sus referencias, pues si hay momentos que recuerdan
a Solo en casa y en otros parece que
estemos en un spin off de Padre no hay más que uno, la propia película se encarga de reconocer
sus influencias, nombras directamente al
film de Columbus y comparando a un personaje con el propio Santiago
Segura. De hecho, en lo que más recuerda esto a un film de
Segura es en la utilización de amiguetes,
en esta ocasión con nula gracia,
pues por aquí se pasean Fernando Esteso, Guillermo Montesinos, Rappel…
Seguramente, lo que más me divirtió del film fue
imaginarme a Dani Rovira o a José Sacristán en sus respectivas casas y la
conversación que debieron tener con sus agentes: “Oye, mira, que tengo un guion
sobre unos niños que piden un deseo y de repente hay unos muñecos de nieve que
cobran vida y hay demás un abuelo con poderes mágicos que sabe hablar con los
perros…” y ellos: “¡Ah, pues vale”.
En fin, que como pueden ver he sentido más vergüenza
ajena que otra cosa (y algo de penica por Sacristán sobre todo) por una
película sin rumbo que parece una fábula navideña pero que a la hora de la
verdad el hecho transcurrir en Nochebuena es totalmente irrelevante. Como casi todo lo que platea el guion.
Valoración: Tres sobre diez.
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