Pese a que con el éxito del MCU hasta el más insignificante héroe de cómic de Marvel se ha vuelto muy popular, Spider-man siempre ha liderado ese ranking, pese a que su suerte en cines ha sido algo dispar. Alejado de la casa madre por una cuestión de derechos en sus dos primeras encarnaciones (dejaremos al Spider-man de Nicholas Hammond aparte), existe un eterno debate sobre quien es el mejor Spider-man de los tres conocidos, algo que Spider-man: No way home se encarga de zanjar.
Con
un estreno abrumador que ha revitalizado (aunque sea solo a modo de espejismo)
una taquilla aún resentida por el Covid
y sus restricciones, batiendo records de
todo tipo y cosechando, por lo general, críticas muy positivas, el nuevo film
del trepamuros se aprovecha del concepto del multiverso que se introdujo en la
serie de Loki (aunque el concepto ya
se menciona a modo de fake en Spider-man: Lejos de casa y se
desarrolla en todo su esplendor en la extraordinaria Spider-man: Un nuevo universo) para unificar las siete películas
anteriores de Sony (más alguna
cosilla extra) e integrarlas, más o menos, en el MCU.
He
esperado un tiempo para hablar sobre este estreno por mi deseo, de momento
insatisfecho, de poder verla una segunda vez, pero no queriendo retrasarlo por
más tiempo permitidme dar una pincelada, por supuesto sin spoilers (aunque a
estas alturas creo que ya todo el mundo sabe más o menos lo que sucede y quien
se deja ver por aquí) para, en unos días, hacer un análisis más amplio con todo
lujo de detalles.
Spider-man: No way home continua directamente donde terminó Lejos de casa,
sin que en este caso haya interferencias de otro rincones del MCU de por medio. Así, nos encontramos
con un Peter Parker con la vida vuelta patas arriba por culpa de la revelación
de Misterio no solo de su identidad secreta sino acusándolo directamente de
asesinato, aunque con sus vinculaciones con Los Vengadores y, por lo tanto, con
la antigua SHIELD no cabe duda que ese segundo problema se puede solventar con
relativa facilidad (quizá incluso con demasiada facilidad, a mi parecer). Es
por ello que nuestro protagonista deberá adoptar medidas desesperadas y
recurrir al Doctor Stranger para solucionar su problema a las bravas, lo cual
pronto se demuestra que no es buena idea.
Hablaba
al principio del comentario sobre el debate sobre quién es el mejor Spider-man
hasta la fecha. El de Sam Raimi y Tobey Maguire contaba con el mérito de ser el
primero, logrando un imposible al hacernos creer que un tipo con mallas
recorriendo Nueva York saltando de un edificio a otro era real. Además, sus dos
primeras películas eran estupendas, dejándonos un amargo recuerdo con una exitosa
pero sin duda fallida Spider-man 3. El Spider-man de Marc Webb y Andrew
Garfield fue un torpe intento de modernizarlo, pero mientras la secuela era
penosa a nivel de guion contaba con algunos momentos muy impactantes y
replicaba el mejor uniforme y los mejores movimientos de nuestro héroe, cuya
historia quedó inconclusa con la cancelación del final de la trilogía.
Así,el Spider-man de Jon Watts y Tom Holland, ya al amparo de Marvel y, sobretodo, Kevin Feige, lo tenía todo a favor para ser el
Spider-man perfecto, pero el regreso a sus años de instituto, su dependencia el
MCU y, sobretodo, la tutela de Iron
man hizo que no todos terminaran de comulgar con esta nueva encarnación.
No
significa eso que la película no tenga el tono humor propio de las anteriores,
al menos en su primera hora de metraje, pero a medida que se producen los
acontecimientos la oscuridad se va apoderando de la historia hasta obligar a
Peter a madurar a marchas forzadas, obligándole a tomar decisiones tan desoladoras
como necesarias.
Así,
esta tercera película del Spider-man de Marvel
(u octava del Spider-man de Sony,
todo depende del punto de vista), es la más emocionante, emotiva y dolorosa de
todas, llegando incluso a traspasar límites que ni el comic se ha atrevido a
hacer (al menos de manera definitiva).
Poco
más se puede decir sin entrar en el spoiler, pero la conclusión es que estamos
ante la mejor película del trepamuros hasta la fecha, que puede que no sea
per4fecta y a la que se le pueden echar en cara algunas decisiones, pero que sí
redirige el rumbo hacia terrenos muy pero que muy prometedores.
El
futuro es de Peter Parker, y estoy ansioso por ver a dónde lleva este nuevo
camino, ahora ya (si se me permite el juego de palabra con los títulos) sin
casa alguna.
Valoración:
Ocho sobre diez.
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