domingo, 26 de octubre de 2014

DRÁCULA, LA LEYENDA JAMÁS CONTADA (5d10)

Desde hace algún tiempo los grandes estudios de Hollywood parecen empeñados a tomar grandes personajes literarios (y si son malvados, mejor) y convertirlos en una especia de superhéroes trágicos, supongo que acongojados por los grandes éxitos de películas basadas en personajes Marvel y DC y de los que la mayoría no tienen los derechos. Me vienen a la mente, por lo pronto, Yo, Frankenstein o Maléfica, que, aun tratándose de personajes de ficción, poseen un origen que merecería ser respetado.
No quiero ponerme en plan gafapastas (eso le pega más a los señores del CSI a los que llevaba tiempo sin nombrar por aquí) y exigir que se respeten textualmente los relatos originales o los hechos históricos, pues el cine debe ser por encima de todo un divertimento y todo vale con tal de hacer un buen entretenimiento, pero debería exigirse al menos un poco de criterio a la hora de versionar y retorcer algunos mitos, hacerlo con algún aporte, no solo como parte de una futura franquicia sin cuidar lo más mínimo los detalles. Y para que conste que no me obceco con el tema quiero recordaros que soy un gran defensor de títulos como Abraham Lincoln, cazador de vampiros, Hansel & Gretel, cazadores de brujas o el Van Helsing de Sommers. Al menos aquellas tenían ideas frescas en sus guiones y directores que sabían lo que pretendían ofrecer.
En esta ocasión, con la excusa de resucitar y homenajear a sus grandes clásicos de antaño, la Universal ha concebido el inicio de una franquicia monstruosa que, tras el estreno de obras basadas en Frankenstein, El Hombre Lobo, la Criatura de la Laguna Negra, la Momia o el Hombre Invisible, terminarán entremezclándose todos en un único film al más puro estilo Los Vengadores.
¿Y qué nos encontramos en la primera piedra de un mega proyecto que sólo las taquillas decidirán si llega a cuajar? Pues lo esperado, una versión nada fiel a la narrada por Stoker del señor de los vampiros, mucho CGI, no demasiada sangre (para no asustar al público más tierno) y algunas actuaciones lamentables.
No voy a negar que Drácula, la leyenda jamás contada (el título es bueno, nunca se ha contado esta versión de la leyenda, entre otras cosas porque no existía hasta ahora esta versión de la leyenda) sea bastante entretenida y no se haga para nada pesada, aun cuando carezca de la capacidad de sorprender y sólo la escena final (donde vemos al gran Charles Dance en todo su inquietante esplendor) nos deja con ganas de más.
Vlad (Drácula) es un príncipe (por decir algo, pues da la sensación de que sólo gobierna sobre su propio castillo amurallado) que ve como su pueblo va a ser subyugado por los turcos y hace un pacto con ente maléfico para convertirse en una criatura de la noche y así poder enfrentarse al malvado Mehmed (un ridículo y esperpéntico Dominic Cooper). 
Lo peor del invento, que tampoco aspira a nada más que a mostrar cuatro escenas de batallas demasiado digitales y a edulcorar la trama con la presencia algo cansina de Milena (Sarah Gordon), la esposa del príncipe, es la mala definición de sus personajes, a los que tampoco ayuda unas interpretaciones algo limitadas, empezando por el propio protagonista, Luke Evans, que se limita a repetir dos expresiones (tipo guapo e interesante y tipo enfadado) todo el rato.
Drácula no da miedo. Y no lo digo yo, se refleja en el film. A la postre, no es respetado ni por su pueblo ni por sus enemigos turcos. Y ni siquiera al final, desatado ya todo su poder, consigue ser respetado por otros vampiros. Esto quizá sea una buena treta para no atarlo a nadie y convertir su figura en la de un héroe caído, atormentado, que pueda dar mucho juego en futuras películas (ya el cartel es una especie de homenaje/copia al Batman de Nolan), pero que hace que realmente nos importe poco que logre o no su objetivo en la película. Eso y el nulo respeto histórico (hemos de recordar que Vlad fue un personaje real, no así Drácula) hace que el film flojee demasiado. Casi al comienzo de la acción, cuando Vlad va a ser transformado, su “mentor” le dice: “que empiece el juego”, y no podría estar más acertado.
Drácula, la leyenda jamás contada no es más que un juego. Un divertimento. Hay buenas historias inspiradas en la leyenda de Drácula creada por Brad Stoker. Hay también interesantes obras que recrean la realidad del príncipe Vlad, el Empalador. Y luego está esto…
No voy a cargarme del todo la película, ni siquiera la voy a suspender, pero es innegable que, bajo los ojos de un amante del género vampírico como me considero este amalgama de superhéroe y vampiro resulta, cuanto menos, decepcionante.
Y eso que tampoco es que esperara mucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario