Resulta
curiosa e incluso desconcertante la nueva película protagonizada por una
Maribel Verdú que se me antoja mejor a medida que pasan los años y que aquí
lleva toda la voz cantante, por más que se rodee de un reparto ciertamente
interesante.
Dirigida
por Gracia Querejeta a partir de un guion de Santos Mercero la película arranca
como una suerte de Los amigos de Peter
a la española cuando Elia, la protagonista, decide reunir a la vieja pandilla
en una casa rural para celebrar su cuadragésimo cumpleaños. Sin embargo, tras
esa invitación se esconde una doble intención, ya que Elia quiere aprovechar para
comunicar también a sus seres más queridos que es la única ganadora del
Euromillones, exactamente de un bote de 140 millones de euros.
Todo
pinta a comedia costumbrista que reflexiona sobre la amistad, el paso del
tiempo y las heridas no cicatrizadas, algo parecido a lo que sucedía en el
magnífico título de Kenneth Branagh que también describía un reencuentro entre
amigos con un secreto de fondo. Una premisa argumental que se ha visto muchas
veces en cine pero que suele funcionar francamente bien.
Hay,
sin embargo, un giro argumental a mitad del metraje que retuerce el concepto y
provoca que nos encontremos en dos películas diferentes dentro de una. Y ahí es
donde Felices 140 se topa con su
principal virtud y su mayor problema.
Ese
jugar con los géneros le facilita el diferenciarse de las principales
referencias, cambiando el punto de vista y convirtiendo al nuevo elemento
introducido en el motor sobre lo que gira todo (que en el fondo no es la
amistad, como parecía al principio, sino el dinero). Corre el riesgo, sin embargo,
que ese cambio de estilo resulte indigesto y haya quien, incluso, se sienta
decepcionado al encontrarse ante una película que no es la que esperaba.
Personalmente,
creo que las dos intenciones casan muy bien, y que el ritmo de la historia no
decae en ningún momento, siendo la transición argumental muy adecuada y echando
tan solo en falta un final algo más alargado. Ello es mérito del guion y del
buen trabajo de Querejeta tras las cámaras, que sabe aprovecharse además del
paisaje canario que rodea el lugar del reencuentro, pero no se puede negar que
la cualidad principal de la película hay que encontrarla en su reparto, con una
inmensa Maribel Verdú que luce por encima de todos pero con la labor siempre
excelente de Antonio de la Torre y Eduard Fernández, sin desmerecer a Nora
Navas, Marian Álvarez, Alex O’Dogherty, Paula Cancio o Marcos Ruíz.
Sin
caer en excesos, Felices 140 tiene
sus momentos de humor y de drama, de buenos sentimientos y de odiosas
decisiones, y sin llegar a ser una película perfecta logra emocionar e invita a
la reflexión sin atufar por ello a pretenciosidad.
Simpática,
entretenida y muy recomendable, siempre y cuando no nos indigestemos con tanta
mala leche.
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