Parece
que toda generación merezca tener su drama romántico de turno heredera de la ya
clásica (y no por mítica exenta de sensiblería) Love Story (me gustaría saber, por cierto, quién recordaría este
título si no fuese por su popular melodía),y cada poco tiempo aparece una nueva
y lacrimógena historia tratando de conquistar el trono, tales como Elegir un amor, Mi vida, Otoño en Nueva York, Quédate a mi lado o, por poner dos
ejemplos más recientes, Bajo la misma estrella o Freeheld, todas ellas
con un denominador común (ojo, aquí los más ingenuos del lugar podrían
considerar lo siguiente como un spoiler, leed solo bajo
vuestra propia voluntad): uno de los dos enamorados va a terminar
irremediablemente fiambre.
Antes de ti, sin embargo, parece querer aspirar a tocar fibras más sensibles al
presumir de un cierto toque de intelectualidad cuando homenajea al cine
europeo, defiende la visualización de cintas en versión original y hasta
aparece en pantalla un poster de Todo
sobre mi madre de Pedro Almodóvar. Pero no se dejen engañar, todo ello no
es más que para disfrazar este nada disimulado remake de Intocable, la película de Olivier Nakache y Éric Toledano donde la
historia de amistad protagonizada por François Cluzet y Omar Sy se sustituye
por un romance prefabricado y nada creíble en manos de Sam Claflin y Emilia
Clarke, siguiendo ese tópico tan de moda actualmente de Cenicienta enamorándose
de joven apuesto y millonario que se permite invitarla a “pasear” por Paris
cuando le plazca. Así que no, de cine de autor nada de nada.
No
estamos ante una historia de enfermedades terminales como las anteriormente
mencionadas, pues la tragedia del guapo protagonista es una lesión de médula
que lo mantiene confinado a una silla de ruedas, pero su determinación por
terminar con su vida de sufrimiento derivará en el previsible final de ese
subgénero tan sentido. Pero hasta que llegue el momento, cómo no, la pareja tendrán
tiempo de conocerse y aprender el uno del otro. Como en Intocable, insisto, pero para chicas de lágrima fácil.
Cierto
es que la película empalaga hasta decir basta, pero quizá lo más sorprendente
de todo es la espantosamente mala interpretación de Emilia Clarke que si bien
no terminó de convencer en su versión de Sarah Connors para Terminator: Génesis aquí demuestra que
sin un buen guion y una buena dirección como tiene la Daenerys Targaryen de Juego de Tronos no es más que una cara
bonita sin demasiado talento. Y aquí hasta le cuesta ser una cara bonita, la
verdad.
Sé
que la película está gustando y que muchos pensarán que estoy siendo muy duro
con ellas (película y actriz), pero que una historia de amor con trágico
destino no logre emocionarme lo más mínimo es la prueba de que algo se está
haciendo rematadamente mal.
Si
acaso, una escena concreta con el gran Charles Dance y Janet McTeer demuestra
lo falta que está la película de actores de verdad.
El
único consuelo, poder ver cara a cara a “La madre de Dragones” con Tywin
Lannister, pero si no eres fan de la serie de la HBO, ni eso.
Valoración:
Tres sobre diez.
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