miércoles, 11 de diciembre de 2019

LOS ÁNGELES DE CHARLIE

Elizabeth Banks es una actriz interesante que ha destacado más en papeles secundarios que como protagonista, que algunos tiene. En 2013 decidió dar el salto a la dirección encargándose de un fragmento de la comedia Movie 43 a la que continuó Dando la nota: aún más alto, segunda entrega de la franquicia en la que participaba también como actriz.
Los ángeles de Charlie, nueva reinvención a partir de la serie televisiva de 1976, era su gran apuesta, pues no solo dirige y acuta, sino que se ha responsabilizado también del guion, pretendiendo hacer un blockbuster con ínfulas de cine de autor.
No se puede definir la propuesta de Banks de otra manera que no sea la de fracaso. Fracaso en taquilla, fracaso en crítica y fracaso en sensaciones. Ella ha culpado a la masculinidad tóxica, incapaz de aceptar a mujeres ejerciendo de protagonistas de una película, pero se le ha olvidado mirarse un poco en el espejo y reconocer las muchas deficiencias de la película.
Y no es que Los ángeles de Charlie sea un completo desastre. Estamos ante una propuesta de entretenimiento simple pero efectivo, con toques ligeros de humor y tres protagonistas con suficiente empatía y carisma como para funcionar como equipo, en especial una Kristen Stewart que es lo más divertido y refrescante del film, amén de un buen puñado de secundarios reconocibles y cameos varios.
Así que sí, como entretenimiento cumple. Pero poco más. Y es que, pese a que ver dos horas de acción y persecuciones supuestamente adrenalíticas siempre debería molar, son demasiadas las deficiencias como para valorar demasiado positivamente la película.
Hay que recordar que la serie que adapta tiene ya más de cuarenta años, y que hubo una mini saga de dos películas de la mano de McG que no funcionaron mal en taquilla pero que tampoco eran para tirar cohetes. Para la nueva adaptación, Banks ha intentado combinar acción, humor y mensaje social para conseguir una mezcla triunfadora, pero ninguno de los tres elementos funciona correctamente, por lo que era difícil que la mezcla pudiera funcionar. Por un lado, el humor no funciona demasiado bien, quizá por la indecisión sobre si esto es abiertamente una comedia o no. La acción está filmada con simpleza y no hay grandes coreografías dignas de ser recordadas. Y el mensaje feminista pretendido por Banks termina por deslucir la cosa. Y no porque me pueda molestar dicho mensaje, sino porque está erróneamente planteado. Ni se es sutil, como pudiera ser el caso de Capitana Marvel, ni se es contundente. Es como querer llamar la atención, pero con miedo a molestar. Y las medias tintas pocas veces suelen funcionar.
Al final, todo queda en un intento pobre de fotocopiar las películas de Misión imposible, pero en versión femenina. Pero aspirar a repetir los méritos de Christopher McQuarrie y compañía. Chicas guapas luciendo palmito (no se si estoy suena muy feminista), historia simplona pero funcional, algún chascarrillo aspirando (de forma algo absurda) dar coherencia a la saga y poco más.
Sirve para pasar el rato, pero si es este el tipo de film que debe cambiar la manera de pensar de algunos, mal camino me parece.

Valoración: Cinco sobre diez.

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