Desde que Disney comprara Marvel se podría decir que su imperio se ha sostenido, sobre todo, en dos conceptos: princesas y superhéroes (luego está Star Wars, pero se podría debatir si la nueva saga encabezada por Rey no es, precisamente, la unión de ambos conceptos).
Fue con Frozen donde más
se vio esa mezcla de estilos, manteniendo ese espíritu de princesas Disney de
la que carecían producciones animadas como Los Increíbles o Big Hero 6, pero es con un título menor como El club secreto de los no herederos al trono que la fusión es más notoria y evidente.
El club secreto de los no
herederos al trono es un estreno exclusivo de Disney+, que viene a ser lo que
antes se llamaba lanzamiento directo a vídeo, lo cual se traduce en un
presupuesto mínimo y rostros poco conocidos, saludos de la cantera de la casa
del ratón. Sin embargo, y pese a las indiscutibles debilidades del film, no se
aprecia nada terrible en su acabado final, lo cual no deja de ser bastante
meritorio.
La premisa es tan sencilla como
absurda. En Europa, todos los príncipes y princesas nacidos en segundo lugar
(es decir, sin derecho al trono), obtienen unos poderes (diferentes en cada
caso) que se les revela en la adolescencia. Así que entran a formar parte de un
club secreto donde aprenderán a utilizarlos para velar por el bien. El problema
viene cuando un peligroso terrorista escapa de la cárcel con la firme intención
de acabar con la monarquía.
Con un extraño discurso político
que no deja claro si va en contra de las monarquías o si prefiere criminalizar
a los republicanos, la película es un simpático refrito de conceptos del cómic,
desde la academia clon a la de Charles Xavier (sala de peligro incluida) hasta
la característica de los poderes (el villano, de hecho, es una imitación de
Magneto en toda regla).
Todo vale para un film simpático
y sin pretensiones que va enfocado (no hay que olvidarlo) a un público infantil
y que cumple como comedia tontorrona con la dosis justa de acción. Producto
familiar de segura con un acabado efectivo.
Valoración: Cinco sobre diez.
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