sábado, 13 de agosto de 2022

Visto en Netflix: CARTER

Desde Corea del Sur nos llega la última aspirante a blockbuster del mes de Netflix, una película trepidante y extremadamente violenta firmada por Byung-gil Jung.

Sobre el papel, se diría que estamos ante otra película de acción más, generosa en sangre y peleas, pero la verdadera gracia es que está construida sobre un único plano secuencia (falso, desde luego). No solo eso, sino que el director se permite hacer unas peripecias visuales que realmente encumbran la película como una rareza visual, haciendo ridículas las propuestas visuales de títulos recientes como Ambulance o El agente invisible.

Pero esto o es necesariamente bueno. Entretenida y con una acción brillantemente plasmada en pantalla, lo que mejor define a la película sería el concepto de «excesiva». Y es que Carter es excesiva en todos los aspectos. Ya en su inicio parece que nos encontramos ante una propuesta al estilo de The Raid (Redada asesina), pero pronto se descubre que las comparaciones se quedan cortas, y que el film de Byung-gil Jung da para mucho más, desde el espionaje con agentes dobles, el drama familiar y hasta reminiscencias del cine de zombis. Hay tiempo, de hecho, hasta de coquetear con las falsas identidades como en Desafío Total, aunque la cosa luego no va más allá (al menos, de momento).

El caso es que noto se hace a lo grande, y una vez nos hemos acostumbrado al ritmo endiablado y a las peripecias imposibles de cámara, el invento empieza a agotar. La jugada del plano secuencia único huele por momentos demasiado a videojuego y el retoque digital empieza a verse demasiado.

Carter es una película que desprende adrenalina pura por los cuatro costados, pero que quiere abarcar tanto que llega a saturar, como si de un  chiste alargado se tratase. Y un final tan abierto como el de 365 días no hace sino aumentar una sensación de descontento que, sumado a las más de dos horas de metraje, estropee bastante la experiencia.

En fin, película de entretenimiento para amantes de la acción más salvaje, extremadamente violenta, que rechaza desde el primer momento cualquier atisbo de credibilidad y que debe tomarse como lo que es: puro deleite violento al más puro estilo John Wick.

 

Valoración: Seis sobre diez.

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