En
apenas un suspiro ha llegado a Disney+,
tras su fracaso en cines, Lightyear,
la precuela (aunque no exactamente) de Toy
Story, lo que propicia una nueva subsección que bien podría llamarse «la
segunda oportunidad» en la que voy a comentar alguna de esas películas que se
me escaparon de la cartelera pero que he podido recuperar en su estreno en streaming.
Pese
a ello, la película es altamente recomendable y su fracaso duele por lo injusto
que me resulta. Esto, sin embargo, tiene una doble lectura de la que me
gustaría hablar, más allá de la propia calidad del film.
Se
trata de la política de estrenos de Disney
desde la creación de Disney+. Podemos
culpar a la pandemia, pero la realidad es que desde que existe la plataforma de
streaming la gran mayoría de las
películas de la casa se han pegado el batacazo en cines. Solo se salvan algunos
títulos concretos de Marvel, pero
esos juegan en otra liga que no sirven como ejemplo, sino como excepción que
confirman la regla.
Y
es que la decisión de estrenar directamente sus películas en la plataforma ha
sido como pegarse un tiro en el pie. Tanto cuando han sido estrenos exclusivos
(como el caso de Artemis Fowl, Luca o Soul) como cuando se han compaginado cines y plataforma (Cruella, Viuda Negra…), han acostumbrado al público a ver las películas en
casa, más sabiendo que, en el peor de los casos, solo hay que esperar menos de
un par de meses para ello.
Cuesta
imaginar que alguien que pague una cuota por Disney+ vaya a tener la urgencia de ir al cine (teniendo en cuenta
que en el caso de películas de animación el cine suele suponer un desembolso de
tres o cuatro entradas, generalmente sin la facilidad de adaptarse a los
horarios o días con promoción, más palomitas, refrescos y demás) cuando es
mucho más sencillo esperar un poco y que los niños las vean tantas veces como
quieran en la comodidad del salón de casa.
Dicen
que la forma de consumir cine ha cambiado, pero tampoco tanto. Simplemente,
cualquier padre sensato preferirá ir al cine a ver Los Minions, Los tipos malos
o Canta 2 que Lightyear. Al fin y al cabo, aquí no hay peligro de que te arruinen
la experiencia con un spoiler. Así, Disney
ha sido la principal responsable del fracaso de Lightyear. Puede que les vaya bien, y que lo único que les preocupe
sea aumentar el número de abonados, pero si luego las salas de cine están
vacías, al menos que no se quejen.
Valoración:
Siete sobre diez.
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