Después de una segunda temporada que no me terminó de enamorar del todo, Locke & Key se ha propuesto remontar en su tercera y, aparentemente, última temporada y ha sabido, al fin, distanciarse de los cómics, incluso contando con el propio Joe Hill, creador original junto al dibujante Gabriel Rodriguez, firmando alguno de los guiones.
Conscientes
de la bajada de interés por parte de la audiencia (de hecho, el estreno de esta
tercera temporada a pasado sin pena ni gloria), desde la producción se ha
buscado la forma de dar un cierre satisfactoria a la serie, conformando la temporada
más breve de las tres y, a la vez, la más intensa.
Es
cierto que la gracia original se ha perdido ya, y que los personajes toman decisiones
que los convierten, directamente, en tontos perdidos (aunque tampoco es que en
las dos temporadas anteriores se mostrasen muy lumbreras). A cambio, los
guiones se encargan de que el ritmo impida el aburrimiento, con potentes cliffhangers al final de cada episodio
que invitan a ver la última tanda de episodios en plan maratón. El final,
aunque algo desangelado, es satisfactorio y se permite tomarse su tiempo para
cerrar bien todas las tramas, con epílogos en plan El retorno del Rey, dejando
un buen sabor de boca.
En
fin, una buena conclusión para una serie que, en realidad, nunca debió pasar de
la primera temporada y que no ha llegado a los niveles de originalidad y locura
de os comics.
No hay comentarios:
Publicar un comentario