Sin
tiempo para pasear por la encantadora (y en estos días encantada) población
costera empieza mi experiencia con el Festival de Cine Fantástico de Cataluña
de este año de la mejor manera posible.
Summer
Camp es el debut como director
del hasta ahora guionista Alberto Marini (suyos son, entre muchos otros, los
libretos de mientras duermes, Extinción o la actual El desconocido). Ayudado en
el texto por Danielle Schleif y con apenas cuatro actores protagonistas, la
película es una vuelta de tuerca al machacado género de un grupito de jóvenes
(en este caso monitores de un campamento de verano) que están solos en mitad
del bosque a merced de que algo les aceche. Sin embargo, Marini y Schleif han
sabido jugar muy bien sus cartas, recurriendo a todos los tópicos del género
pero dándoles la vuelta, consiguiendo la complicidad del espectador para que se
adelante a la acción y volteando la previsibilidad repentinamente, o haciendo
actuar a los protagonistas con una lógica pasmosa (aunque finalmente estéril)
escasa en este tipo de películas.
Todo ello, provocando momentos de verdadero terror pero con un sentido del humor muy negro y desmadrado que hacen de Summer Camp una película terriblemente divertida. No cuento detalles sobre el mal que aterroriza a los desdichados protagonistas porque con ello se perdería parte de la magia, aunque me temo que todas las notas de prensa van a hablar más de lo debido.
Todo ello, provocando momentos de verdadero terror pero con un sentido del humor muy negro y desmadrado que hacen de Summer Camp una película terriblemente divertida. No cuento detalles sobre el mal que aterroriza a los desdichados protagonistas porque con ello se perdería parte de la magia, aunque me temo que todas las notas de prensa van a hablar más de lo debido.
Por
cierto, como productor se encuentra Jaume Balagueró. Y se nota. En más de un
detalle.
Pero
si de lo que se trata es de divertirse, lo mejor para eso es recurrir a los
clásicos. Y más clásicos en el tema del humor que los Monty Python. Al frente
del equipo, en tareas de cine, siempre ha estado Terry jones, firmante de
clásicos como Los caballeros de la mesa
cuadrada y sus locos seguidores, La vida de Brian o El sentido de la vida, aunque desde aquel entonces andaba un poco
perdido. Ahora, ha desempolvado un viejo guion llamado Absolutely Anything para
volver tras las cámaras y explicarnos la desquiciante historia de una especia
de Asociación Intergaláctica Extraterrestre que mantiene un debate sobre si
aceptar al planeta Tierra entre ellos o eliminarlo. Para descubrir si merecemos
el honor qué mejor sistema que entregar a un humano un poder absoluto y ver que
hace con él.
Absurdo
argumento que deriva en una comedia romántica muy al estilo de Como Dios donde Simon Pegg está perfecto
para el papel mientras que Kate Beckinsale se limita a lucir tan guapa como
siempre y poco más. No será la comedia que cambie el mundo ni siente cátedra,
pero al menos cuenta con el aliciente de haber reunido a todos los
supervivientes de los Monty Python (son las voces de los extraterrestres en la
versión original) y de contar además con la colaboración (también como
doblador) de Robin Williams en su último trabajo antes de su prematura muerte.
Por cierto, antes de la proyección Ángel Sala ha hecho entrega a Terry Jopnes de la Màquina del Temps por su trayectoria cinematográfica.
Y
con estas dos primeras aproximaciones al fantástico de este año termina una
jornada tranquila pero con toques de calidad, en la que no faltó incluso un
apretón de manos con el mismísimo Jones. Mañana, más.Por cierto, antes de la proyección Ángel Sala ha hecho entrega a Terry Jopnes de la Màquina del Temps por su trayectoria cinematográfica.
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