jueves, 8 de octubre de 2015

EL DESCONOCIDO (8d10)

Dirigida por Dani de la Torre en lo que supone un magistral debut en la dirección cinematográfica de este gallego formado en el mundo de la televisión y escrita por Alberto Marini (guionista de la también inquietante Mientras duermes y a punto de debutar también como director –ver próximamente mis comentarios sobre el festival de Sitges- con Summer Camp) El desconocido podría definirse a groso modo como una mezcla entre la inquietante pero algo falta de ritmo Última llamada (aquella con Colin Farrell pegado todo el metraje a una cabina telefónica) y la adrenalítica Speed (la primera, que la segunda fue un churro), aunque ver a Luis Tosar casi toda la película sentado en el asiento del conductor de su coche puede recordarnos también a la sobrevalorada Locke con Tom Hardy.
Carlos es un directivo de banca que comienza su jornada como un día cualquiera: llevando a los niños al colegio, malas caras con su esposa y llamadas telefónicas que adelantan su horario laboral. Pero todo cambia cuando al subir al coche con sus dos hijos recibe una llamada en un móvil que hay en el interior del vehículo advirtiéndole que están sentados sobre una serie de bombas que detonarán si no accede a traspasar una importante cantidad de dinero a una cuenta del desconocido que da nombre a la película. Un chantaje en toda regla, vamos.
A partir de ahí el personaje al que da vida Luis Tosar deberá lidiar con toda una serie de circunstancias (la necesidad de localizar a su mujer para autorizar el traspaso de dinero, la impaciencia lógica de los niños a la que se suma posteriormente una preocupante herida del chaval, la intervención de la policía…) para lograr satisfacer los deseos de su misterioso interlocutor antes de que decida hacerle volar por los aires.
Sin pretender ser una metáfora política, algo hay en la historia de crítica social, estando el escándalo de las Preferentes y otras artimañas no muy loables por parte de entidades financieras puestas en tela de juicio. Precisamente ese es uno de los grandes aciertos de un guion (sin demasiados alardes en forma de giros argumentales, algo que quizá lastre un poco a la historia) que permite el lucimiento de un colosal Luis Tosar que consigue emocionar con su interpretación pese a la ambigüedad de su personaje, invitando en todo momento al debate: ¿es Carlos al final víctima o villano? No es este un truco de guion, sino una premisa para que cada uno saque sus propias conclusiones.
Pero, insisto, no es de esto de lo que va la película. Es un simple macguffin, una excusa para contextualizar una historia que en realidad es un thriller angustiante y claustrofóbico, un canto de amor al cine de Tony Scott (al que va dedicado el film) o John Frankenheimer. Sacando brillante partido a los cuatro millones de presupuesto y dando vida  a la cidad de A Coruña (innegable protagonista secundaria del film), De la Torre desfruta imitando el cine de acción americano con espectaculares persecuciones, grandes despliegues policiales, helicópteros y explosiones. Casi como Michael Bay, pero en bueno. Bueno, ¿he dicho imitando? Pues casi mejorando. Ya le gustaría a muchas superproducciones de allí tener el ritmo y el virtuosismo con las cámaras aquí demostrados.
El desconocido podría llegar a rozar la perfección sino fuera por una ligera linealidad en cuanto a su argumento. Cierto es que Marini no pretende serpentear mucho con giros que dejen boquiabiertos al espectador centrándose más en la angustia creciente de los protagonistas, pero se le podría haber sacado algo más de chicha al personaje que interpreta Javier Gutierrez (¡cómo ha cambiado la vida de este actor su interpretación en La Isla Mínima!) mientras que hay alguna insinuación respecto a cierto abogado amigo de su mujer que acaba difuminándose. Nimiedades que no llegan a impedir que la película sea tan disfrutable (o habría que decir mejor tan poco disfrutable, pues te mantiene todo el rato con el corazón en un puño) y de la que no puedo criticar ni su espectacular final (lo digo porque he leído por ahí que es lo peor del film, cosa que no comparto).
Tosar es, junto con Javier Cámara y alguno más, uno de los más grandes actores españoles de la actualidad, y lo demuestra acaparando toda la responsabilidad de la película, protagonizando la mayoría de los planos y demostrando una extensa variedad de registros sin apenas poder utilizar el lenguaje corporal por razones obvias. Toda una lección actoral en un papel que era todo un desafío y del que pocos podrían salir airosos.
A su alrededor, la también debutante Paula del Río le sabe dar réplica con una descarada frescura, mientras que Goya Toledo, Elvira Mínguez y Fernando Cayo completan el reparto de una gran película que seguro estará muy presente en las principales categorías de los premios Goya correspondientes a este año.
Un aplauso por el prometedor debut de Dani de la Torre. Habrá que seguirlo muy de cerca.

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