Mejor… solteras, la nueva película de Christian Ditter, director que
dio el salto al cine “de mayores” con la desapercibida Los imprevistos del amor después de triunfar en el terreno infantil
con Los Cocodrilos o Vicky el vikingo y el martillo de Thor,
género en el que se podría haber quedado.
La
película es una pretensiosa comedia romántica que se supone va a ilustrarnos
sobre cómo son las mujeres de hoy en día, lo que piensan, lo que quieren y lo
que sienten, y cuyo único mérito es saber distanciarse en última instancia del
esquema predefinido del género, al menos en lo que a la protagonista se
refiere, sin que por ello logre dignificar lo suficiente la película.
Concebida
como un homenaje a la promiscuidad, el alcohol y la irresponsabilidad, Mejor… solteras cuenta la historia de
cuatro chicas de Nueva York en busca del amor definitivo. Con Dakota Johnson
como motor principal de la acción (y la chica cae bien, pero no ha demostrado
todavía, en su breve carrera, gran variedad de registros) acompañada por su
hermana en ficción, Leslie Mann, su mejor (y reciente) amiga a la que pone
rostro y curvas Rebel Wilson y una cuarta protagonista totalmente desligada de
este grupito y que conforma una historia un poco discordante al no tener más conexión
que el ser clienta habitual del mismo bar (y compartir amante con alguna otra
protagonista, ¿he mencionado ya que esto es una oda a la promiscuidad?).
No
se puede poner ningún pero a la elección de las actrices, ya que todas ellas
están perfectas en su papel. Y eso se debe, sobre todo, a que se limitan a
hacer lo mismo de siempre. Alison Brie, la cuarta protagonista, podría haber
empalmado este rodaje con el de cualquier episodio de Community mientras que Rebel Wilson repite el papel de salida
despreocupada de La boda de mi mejor
amiga o Dando la nota, teniendo
ella, no obstante, los mejores chistes de la función.
Mejor… solteras en una comedia romántica con muy poco de comedia y
que tampoco logra ser del todo romántica, tan empeñada en ir a contracorriente
que llega incluso a burlarse en una escena de films como El diario de Bridget Jones o Sexo
en Nueva York para acabar pareciéndose demasiado a lo peor de ese tipo de
películas (escena navideña incluida). Y que en un argumento tan pretendidamente
femenino y feminista lo más interesante sea el personaje del camarero que
encarna Anders Braun ya avisa de por dónde van los tiros.
En
resumen, película fallida donde lo peor es la sensación de que el director se
cree más listo que el espectador y pretende ilustrarlo con una memez bastante
sosa y en la que cuesta llegar a empatizar (o que simplemente te caiga bien)
cualquiera de los personajes “perdidos” que pululan por ahí.
Claro
que tampoco es que haya sido una sorpresa, si les soy sincero.
Valoración:
4 sobre 10.
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