Pesadillas (Goosebumps) fue una exitosa colección de libros de
terror juveniles escritos por Robert Lawrence Stine que cobraron gran
popularidad en la década de los noventa alrededor del mundo y que dio origen a
una serie televisiva.
Ahora,
cuando las nuevas generaciones posiblemente sientan muy lejanos los horrores
propuestos por Stine en favor de una literatura más épica y utópica como las
sagas de Los Juegos del hambre y compañía,
el director Rob Letterman ha decidido devolvernos a ese universo tan escabroso
y divertido que bien podría definirse (como en la misma película bromean sobre
ello) como el de un Stephen King para adolescentes.
Pesadillas no se basa, sin embargo, en ninguna obra concreta de
Stine, sino que más bien las aúna a todas a la vez, fantaseando con la idea de
que el propio autor es capaz de convertir en realidad sus perversas creaciones
y por ello debe vivir alejado de la sociedad, con su hija como única compañía,
protegiendo los manuscritos originales donde están encerradas las criaturas.
Con
el rostro de un comedido Jack Black (que ya coincidió con Letterman en Los viajes de Gulliver), Stine no es el
gran protagonista del film sino que, como si en una película de los propios
noventa se tratase, son unos jóvenes metomentodos los que marcarán el ritmo de
la acción, en concreto el nuevo vecino, al que da vida Dylan Minnette (visto
recientemente en Prisioneros e hijo
de San Shepard en Perdidos), su
recién conocido amigo, con el carismático rostro de Ryan Lee (que ya participó
en otra película de estilo “retro” como Super8)
y la propia hija, Odeya Rush.
Efectivamente,
como sucediera en la mencionada Super8,
Pesadillas recuerda poderosamente al
cine de aventuras juveniles de la añorada década de los ochenta y los noventa,
y recursos de E.T., Los Goonies, Karate Kid, Jumanji, Gremlins… Todo ello bien agitado en una coctelera
que, como riéndose de los cacareados “universos compartidos” como el de
monstruos que intenta crear la Universal, aúna en un solo film a un muñeco de
ventrílocuo megalómano, un niño invisible, un hombre lobo, extraterrestres
invasores, zombies, el Yeti, etc.
Con
una brillante banda sonora de Danny Elfman y unos elaborados efectos especiales
(una buena combinación entre CGI y animatronics tradicionales), la película no
aspira a nada más que entretener y pasar un buen rato, y desde luego que lo
consigue.
Simpática,
divertida y nada aburrida, Pesadillas
es una buena propuesta de terror familiar disfrutable sin demasiadas
pretensiones.Valoración: 6 sobre 10.
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