El humor gamberro y estereotipado es un subgénero en sí mismo que ha causado no pocos bodrios, habitualmente inclinados al chiste fácil y de sal gruesa. Si buscamos su vertiente femenina y lo disfrazamos de musical (a capella, nada menos), el desastre podría estar confirmado.
Y, sin embargo, Dando la nota demostró en el 2012 que cuando las cosas se hacen bien no es tan difícil que algo así funcione.
No creo que en su momento Jason Moore imaginara que su película daba para convertirse en franquicia, pero Dando la nota 2: aún más alto llegó en 2015, siendo una obra muy disfrutable, casi de lo más divertido de ese año, con lo que una nueva secuela era casi obligatorio.
Con el deseo de dar un cierre de oro a la historia de las Bellas antes de caer en el agotamiento, Dando la nota 3 cambia de directora (la primera secuela vino de la mano de Elizabeth Banks) para que sea la debutante Trish Sie quien de forma al reencuentro final de este grupo de amigas (más una familia) para una última gira que las lleve hacia la madurez definitiva.
Aunque casi todas ellas tienen su propia historia y hay un momentito de lucimiento para cada una, siguen siendo Beca y Amy la gorda (Anna Kendrick y Rebel Wilson) quienes llevan la voz cantante (nunca mejor dicho), una de ellas por enfrentarse definitivamente a lo que pretende sea su futuro y la otra para resolver su conflicto paternal (con John Lithgow debutando en la franquicia).
Con un final desmadrado al más puro estilo de las comedias de acción, con buenos números musicales, interesantes coreografías y, sobretodo, un sentido del humor suficientemente ácido (y bastante políticamente incorrecto, principalmente en boca de los imprescindibles John y Gail), la película supone una buena despedida, con espacio para la nostalgia, que, si bien deja un cierto regusto rancio a gala de reencuentro de Operación Triunfo, resulta eficaz y suficientemente divertida como para perdonarle los defectos (que los tiene).
Aun sin ser imprescindible haber visto las películas anteriores para disfrutar de esta continuación, Dando la nota 3 es como el reencuentro con unas viejas amigas a las que, quizá sin ser plenamente conscientes de ello, echábamos de menos. Y si, además, la fiesta pasa por Cádiz, miel sobre hojuelas.
Dando la nota 3 es alegre, divertida y estimulante, y es el adiós que las Bellas se merecían.
Valoración: Seis sobre diez.
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