miércoles, 27 de noviembre de 2019

DIECISIETE

Aunque se pueden encontrar muchos éxitos en la carrera de Daniel Sánchez Arévalo desde la destacable Azuloscurocasinegro, como Primos o Gordos, su gran éxito de taquilla fue La gran familia española, desde la que no había vuelto a dirigir un largometraje en solitario, Por eso, resulta cuanto menos curioso que su regreso haya sido a través de Netflix, esa plataforma que (dicen) va a acabar con el cine pero que sabe apostar por los realizadores y darle la libertad que necesitan.
Diecisiete, la película en cuestión, es una road movie que describe el viaje de dos hermanos, uno huido del reformatorio y el otro en plena crisis sentimental (y existencial) que recorren varios parajes rurales de Asturias en busca de un perro, el único ser con quien el problemático hermano pequeño ha parecido sentir empatía.
Un viaje en autocaravana que, en realidad, se transforma en un viaje interior, ya que lo importante de la historia no radica en encontrar o no al animal sino en que los dos hermanos se encuentren a sí mismos. Con ecos de una buena relación en el pasado truncada, ya saben, por las cosas de la edad (no es que ninguno de los dos lo pusiera demasiado fácil), la película navega entre la comedia y el drama, abusando en ocasiones de una plácida comodidad en sus formas (esa música que subraya en todo momento los sentimientos que debe sentir el espectador) y haciendo que en ocasiones actúen de manera demasiado conveniente para las necesidades del guion.
Es, sin embargo, un buen ejercicio intimista, una reflexión sobre los sentimientos y el amor fraternal, agravado por el aislamiento autoinfligido de Héctor, un hico con un trastorno emocional que nunca se llega a aclarar (ni es tampoco necesario), por lo que tiene la historia toques de Rain Man, aunque es innegable también la influencia de títulos más amables como Pequeña miss Sunshine.
Es una película, en fin, tierna y emotiva, un buen producto, pero algo descafeinado teniendo en cuenta quien la firma. Dramedia familiar que se ve con agrado, pero a la que se le podría exigir mucho más.


Valoración: Seis sobre diez.

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