Aunque en este caso tan sólo haga de distribuidora, Polizón se engloba en ese género que tango gusta a Netflix de ambientes claustrofóbicos y dilemas morales que, pese a que sobre el papel podrían ser grandes producciones, su concepto íntimo las hacen relativamente económicas.
Con
un diseño de producción elegante y un reparto bastante llamativo, Polizón narra la epopeya de una
expedición tripulada a Marte en la que, apenas despegar, comenzarán a surgir
los problemas técnicos, agravados cuando descubran que llevan a un polizón
accidental a bordo. Con una nave diseñada para tres personas (y a duras penas),
la presencia de un cuarto miembro trastoca todos los planes, desde la falta de
oxígeno hasta el exceso de peso, y dado que se ha alcanzado ya el temido punto
de no retorno, las opciones son escasas. En realidad, tal y como informan desde
la tierra, tan solo hay una.
A
partir de aquí la película se centra en el dilema moral generado, haciendo
partícipe al espectador del mismo. Es decir, estamos ante la clásica película
de « ¿y tú qué harías?». El problema es que, tras un inicio intrigante en el
que se puede llegar a desconfiar de las intenciones de cualquiera de los
protagonistas, la película decae hasta volverse muy plana y reiterativa. Hay
cierta tensión en algún paraje exterior con reminiscencias a Gravity, pero poco más, y eso se
resiente e el resultado final. Eso es debido, ignoro si por motivos
presupuestarios o por decisión propia de Joe Penna, director y coguionista, a
que siempre se antepone el aspecto dramático al de la intriga, y eso penaliza
demasiado al ritmo narrativo. Quizá si estuviésemos ante un episodio de alguna
serie televisiva de menos de una hora de duración la cosa habría sido
diferente, pero un film de prácticamente dos horas necesita algo más de
«chicha» para conseguir lidiar correctamente con el aburrimiento.
Afortunadamente,
los intérpretes (apenas hay cuatro actores en toda la película: Anna Kendrick,
Daniel Dae Kim, Shamier Anderson y Toni Collette) saben lidiar con el peso que
el guion les concede y llevan la nave a buen puerto (es un decir), pero una ciencia
ficción más ilustrativa y un desenlace más resolutivo sin duda le habrían
ayudado mucho.
En
resumen, propuesta interesante y que abre las puertas al debate y la reflexión
moral interna, pero demasiado comedida y limitada para llegar a ser una gran
película.
Valoración:
Seis sobre diez.
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