sábado, 22 de mayo de 2021

Visto en Amazon Prime: I CARE A LOT

Una vez más nos encontramos con un nuevo ejemplo de buena película que la pandemia nos ha privado de ver en pantalla grande. No es que I care a lot sea esplendida, pero el simple hecho de contar con Rosamund Pike como protagonista (flamante ganadora del Globo de Oro) ya obliga a su visionado, más si además ronda por ahí el siempre atrayente Peter Dinklage.

Dirigida por J Blakeson, cuyo máximo referente es la decepcionante La quinta ola, la película respira un cierto aire a thriller mordaz y de un humor muy negro que me recuerda en algo al estilo de Martin McDonagh, en especial a Escondidos en Brujas o Siete psicópatas. Por descontado, Blakeson no está a la altura, pero por intenciones que no sea.

La película cuenta la historia de Marla Grayson que junto a Fran (Eiza González) dirige una empresa de tutelaje para gente mayor desamparada que, en realidad, es una forma elegante y «casi» legal de hacer estafas a gran nivel. Hasta que se encuentra con una víctima (la gloriosa Dianne Weist) que se convierte en la horma en su zapato.

A partir de aquí tenemos un duelo de poder entre las dos féminas (la segunda amparada por su hijo Roman, líder de una banda mafiosa) que las lleva al límite en un correcalles en ocasiones grotescos pero siempre divertidos.

La película, convenientemente contenida en su gamberrismo, es un tête-à-tête entre Pike y Dinklage en el que la maña y la fuerza deben ponerse a prueba constantemente.

Cierto es que puede apreciarse un punto de moralina en su desenlace, como si Blakeson (también guionista) tuviese miedo, después de la sarta de barbaridades propuestas, ofender a alguien, pero no es más que una elección que tampoco desentona demasiado ni debe desmerecer el film. Puestos a criticar, se le puede acusar de no tomarse nunca en serio a sí misma, resultando inverosímil en demasiadas ocasiones, pero intuyo que a eso precisamente quieren jugar sus autores, y como tal, me apunto al carro.

En fin, una de esas películas que te dejan con un buen sabor de boca, disfrutable durante su enmarañado visionado y que quizá pueda llegar a estremecer a quien tenga familiares en edad de tutelar cerca.

 

Valoración: Siete sobre diez.

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