Desde hace unos años Taylor Sheridan se ha convertido en un escritor de referencia y uno de mis guionistas preferidos, dándose a conocer con Sicario, enamorándome con Comanchería y dando el salto a la dirección con Wind River.
En
Aquellos que desean mi muerte repite
en la silla de director, dejándose ayudar en el libreto por Charles Leavitt y
Michael Koryta, autor también de la novela en la que se basa. Ello, y el hecho
de ser la producción más hollywoodiense de las películas mencionadas, podría
haber mermado la calidad del cine de Sheridan, pero el realizador tejano
consigue imponer su estilo y no hay duda de que Aquellos que desean mi muerte mantiene sus señas de identidad.
Con
Angelina Jolie echándose el peso de la narrativa a sus espaldas (aunque hay
varios actores conocidos apoyándola, como Nicholas Hoult, Aidan Guillen y Jon
Bernthal), la película cuenta la historia de una bombera forestal (para
entender bien el concepto es muy recomendable echar un vistazo a Héroes en el Infierno), destinada a una
torre de vigilancia mientras trata de superar un trauma reciente. Solo con esto
podemos ya apreciar la pericia de Sheridan, pues si en el tráiler podemos
intuir el tópico visto mil veces del héroe que ha fallado en el pasado (tipo Máximo Riesgo), la película sabe
esquivar el tópico perfilando con habilidad un desarrollo de personajes
sumamente digno.
Por
otro lado, tenemos la revelación de un complot criminal que salpica las altas
esferas americanas (y del que nunca llegamos a saber demasiado, como todo buen macguffin debería hacer) y que pone a un
padre y su hijo en el camino de la Jolie. Poco más merece contarse de una
película que si bien se construye a paso lento, pero firme, va creciendo en
intensidad hasta un final espectacular y muy emocionante. Puede que para muchos
el ritmo llegue a resultar tedioso, pero el trabajo de intromisión hacia los
protagonistas y el buen hacer de la Jolie, que tiene momentos brillantes con el
joven Finn Little, elevan todavía más el film.
Estamos,
pues, ante una grandiosa película, muy acertada en el plano visual y contenida
en lo emocional, que sin abusar de juegos de artificio ni giros inverosímiles
logra mantener la intensidad hasta un final que no por esperado deje de ser
plenamente satisfactorio.
Valoración: Ocho sobre diez.
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