sábado, 22 de mayo de 2021

Cine: AQUELLOS QUE DESEAN MI MUERTE

Desde hace unos años Taylor Sheridan se ha convertido en un escritor de referencia y uno de mis guionistas preferidos, dándose a conocer con Sicario, enamorándome con Comanchería y dando el salto a la dirección con Wind River.

En Aquellos que desean mi muerte repite en la silla de director, dejándose ayudar en el libreto por Charles Leavitt y Michael Koryta, autor también de la novela en la que se basa. Ello, y el hecho de ser la producción más hollywoodiense de las películas mencionadas, podría haber mermado la calidad del cine de Sheridan, pero el realizador tejano consigue imponer su estilo y no hay duda de que Aquellos que desean mi muerte mantiene sus señas de identidad.

Con Angelina Jolie echándose el peso de la narrativa a sus espaldas (aunque hay varios actores conocidos apoyándola, como Nicholas Hoult, Aidan Guillen y Jon Bernthal), la película cuenta la historia de una bombera forestal (para entender bien el concepto es muy recomendable echar un vistazo a Héroes en el Infierno), destinada a una torre de vigilancia mientras trata de superar un trauma reciente. Solo con esto podemos ya apreciar la pericia de Sheridan, pues si en el tráiler podemos intuir el tópico visto mil veces del héroe que ha fallado en el pasado (tipo Máximo Riesgo), la película sabe esquivar el tópico perfilando con habilidad un desarrollo de personajes sumamente digno.

Por otro lado, tenemos la revelación de un complot criminal que salpica las altas esferas americanas (y del que nunca llegamos a saber demasiado, como todo buen macguffin debería hacer) y que pone a un padre y su hijo en el camino de la Jolie. Poco más merece contarse de una película que si bien se construye a paso lento, pero firme, va creciendo en intensidad hasta un final espectacular y muy emocionante. Puede que para muchos el ritmo llegue a resultar tedioso, pero el trabajo de intromisión hacia los protagonistas y el buen hacer de la Jolie, que tiene momentos brillantes con el joven Finn Little, elevan todavía más el film.

Estamos, pues, ante una grandiosa película, muy acertada en el plano visual y contenida en lo emocional, que sin abusar de juegos de artificio ni giros inverosímiles logra mantener la intensidad hasta un final que no por esperado deje de ser plenamente satisfactorio.

 

Valoración: Ocho sobre diez.

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