martes, 18 de octubre de 2016

Sitges 2016: HELL OR HIGH WATER

Hell or high water, que en España parece que se va a titular Comanchería, es la nueva película de David McKenzie, un director británico que no ha tenido demasiada suerte con sus proyectos hasta la fecha pero que el buen reparto de Hell or high water puede hacer que esto cambie.
Ambientada en la América más profunda y rural, la película nos muestra como una sociedad marcada por la crisis económica trata de subsistir aunque sea a base de puñetazos contra su propio destino. Es en este panorama donde dos hermanos a punto de perder el rancho familiar en manos de una entidad financiera deciden atracar bancos hasta reunir el dinero necesario para saldar la deuda.
No es que sea esta una película que hable directamente de la crisis ni que centre toda su atención en las manipulaciones de los bancos para acrecentar el problema, pues en el fondo no deja de ser una versión actual y fraternal de Bonnie and Clay con dos tipos atracando bancos y una pareja de rangers persiguiéndolos, pero sí es evidente que está ahí como telón de fondo, creándose una divertida paradoja al decidir los chicos atracar solo a las sucursales del propio banco que los va a embargar, de manera que si consiguen evitar que se ejecute la hipoteca lo harán con dinero del propio banco.
Hell or high water es una historia sencilla que funciona a la perfección gracias a la magnífica química que hay entre sus protagonistas. Siendo esto un drama social los diálogos son suficientemente ágiles y divertidos para invitar a disfrutar de la historia y poder empatizar con los cuatro personajes, que cada uno diferente a su manera, no deben clasificarse simplemente entre buenos y malos. No hay villanos en esta historia, sólo tipos que cometen errores.
Chris Pine y Ben Foster están magníficos como los hermanos Howard mientras que Jeff Bridges está en su habitual nivel de grandiosidad interpretando a un ranger a las puertas de la jubilación con una ácida ironía cuya relación con su compañero, medio indio medio mejicano, al que da vida Gil Birmingham resulta de lo mejor del film.
En resumen, una película con acción, violenta por momentos, con su toque reflexivo, sus medidas dosis de humor y un destino que desde el inicio se intuye que será amargo y desangelado. Porque, si no hay buenos ni malos, ¿pueden haber vencedores y vencidos?

Valoración: Siete sobre diez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario