Inferno es la película que cruza por tercera vez los caminos
de Tom Hanks, Ron Howard y Dan Brown tras el éxito de El Código DaVinci y Ángeles y
demonios.
Una
vez más nos encontramos ante las andanzas del profesor Robert Langdon que de
nuevo es perseguido por un misterio indescifrable que lo llevará a recorrer los
más recónditos lugares de Europa (ahora toca Florencia y Estambul). Quizá eso
sea lo mejor de la película, el recorrido turístico que las obras de Brown
siempre hacen por los templos y palacios europeos y que permiten al espectador
disfrutar con la belleza de tan maravillosos lugares.
Por
lo demás, estamos ante un simple entretenimiento que no pasará a la historia,
con una trama donde se riza el rizo hasta el exceso consiguiendo ser más
inverosímil aún que las anteriores entregas de la saga. Si en la primera
película Langdon luchaba por salvar su propia vida y la de su compañera (lo de
resolver la clave que podría poner en jaque a todo el estamento eclesiástico
iba de propina) y en la segunda salvaba la vida al mismísimo Papa, en esta es
la humanidad entera (o un gran porcentaje de la misma) la que dependerá de que
el profesor y su nueva acompañante resuelvan los acertijos que vayan
encontrando por el camino. Un más difícil todavía con giros bastante poco
creíbles aunque no por ello menos previsibles y con demasiadas cosas cogidas
por los pelos.
El
problema de esta saga es que depende demasiado de las novelas de Dan Brown, una
obra mucho más modesta de lo que su fama parece indicar, y que el guion de
David Koep logra mejorar.
De
los tres títulos protagonizados por Robert Langdon (en cine, pues queda aún
otra novela sin adaptar, El Símbolo
perdido) este es el más enrevesado y tramposo, y quizá también el más
flojo, aunque el buen hacer de sus actores protagonistas y la efectividad con
la que trabaja siempre Howard consiguen sacarla adelante. Con el Infierno de Dante como telón de fondo la
base de la historia recurre a algo demasiado mascado ya, el multimillonario que
con la pretensión de salvar a la humanidad de sí misma encuentra la manera de eliminar
a gran parte de la población de la Tierra. Vamos, algo parecido a lo que
pretendía Valentine (Samuel L. Jackson) en Kingsman: Servicio Secreto o el Hugo
Drax de Moonraker.
Al
menos se puede asegurar que Tom Hanks se siente cómodo en la piel de Langdon y
que hace una convincente interpretación, probablemente la más trabajada de la
saga, mientras que, como viene siendo marca de la casa, está rodeado por un
competente reparto donde destaca la chica de moda Felicity Jones (rompiendo
taquillas con Un monstruo viene a verme
y protagonista absoluta estas Navidades en Roge
One, a Star Wars history), Ben Foster, Irrfan Khan y Omar Sy.
En
fin, película a la que no se le puede exigir más que pasar un buen rato con
ella, emocionante y bastante superior a la novela que adapta. Y es que, alejado
de polémicas eclesiásticas, Dan Brown tampoco da para mucho más.
Valoración:
Seis sobre diez.
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