Seguimos
hablando de zombies. Y unos zombies, además, muy similares a los que proponía Train to Busan, de los que corren y son
despiadados. No obstante, The Girl with All the Gifts juega a avanzar un poco en la mitología de los muertos
vivientes e inventa algún detalle que los difiere ligeramente de sus colegas de
género, como la explicación científica del virus, el estado catatónico en el
que quedan cuando no tienen a quién atacar o la aparición de una especie de híbridos:
bebés que han sido infectados en el útero materno y nacen con el virus ya en su
sangre.
En
realidad, analizando un poco más a fondo estos datos, no es que sea muy
original la cosa. Que el origen del mal esté en la propia naturaleza recuerda
un poco a El Incidente, de M. Night
Shyamalan, aunque no contiene The Girl
with All the Gifts el carácter de denuncia ecologista de aquella. Los
zombies en estático ya se vieron en la parte final de Guerra Mundial Z y los niños a medio camino entre zombies y humanos
tienen un origen muy similar al propio Blade,
medio hombre medio vampiro. Incluso se pueden encontrar referencias de El Señor de las moscas.
Con
todo, la amalgama que propone el director Colm McCarthy, realizador británico
curtido en televisión con títulos como Sherlock
o la inminente Krypton, funciona
bastante bien y consigue hacer que todo parezca bastante novedoso, sobretodo en
un enigmático arranque donde no se sabe muy bien por dónde van los tiros con
una base militar donde un grupo de niños reciben clases atados a sus sillas y
vigilados por los soldados.
A
diferencia de otras propuestas vistas en Sitges, no tiene The Girl with All the Gifts un solo ápice de humor, convirtiendo la
historia en un drama de horror, una aventura de supervivencia donde, de nuevo,
la codicia y el egoísmo humano tratará de pugnar contra la propia ansia asesina
de los infectados para ver quién es el verdadero villano de la película.
Sorprende
ver en una película de estas características a dos grandes figuras del cine
como Gemma Arterton y Glenn Close, bien acompañadas por un efectivo Paddy
Considine, aunque quien realmente destaca es la debutante Sennia Nanua, la niña
debutante que lleva todo el peso de la película con una delicadeza que le valió
el premio a la mejor actriz del Festival.
The Girl with All the Gifts está basada en una novela de Mike Carey que el propio
autor adapta, y contiene una sensibilidad y una doble lectura bastante
efectiva, resultando por momentos desoladora y angustiante y con un final que
invita a la reflexión.
Buena
muestra de cine de terror que sin proponer nada nuevo consigue tener una
identidad propia gracias, sobre todo, a unos personajes muy humanos. Incluidos
los propios zombies.
Valoración:
Siete sobre diez.
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