Hay películas que, directamente, son una tomadura de pelo, y este es un
claro ejemplo.
Filmada mediante el horrible, cansino y exprimido sistema de la
cámara en mano (como si fuese muy creíble que alguien se pase todo el tiempo -desde
los momentos más cotidianos a los más aterradores- grabando en video), la
película, eso no se puede negar, cumple su objetivo: conseguir ganar dinero
fácil. Y no es de extrañar, pues el recurso de la dichosa camarita permite
utilizar a actores limitados, directores sin mucha idea y presupuestos
irrisorios que logra que con cuatro gatos que paguen por verla ya de
beneficios.
La premisa argumental, tal y como el propio título/spoiler sugiere, es una
copia o reinvención del clásico de Polanski La
semilla del Diablo, con una joven que sufrirá las vicisitudes de un
embarazo, digamos, poco común.
El gran problema de la película (que si se hubiese planteado como una
película de verdad hasta podría haber tenido cierto interés) es que durante su
primera mitad es soporíferamente aburrida, lenta, estúpida y tediosa, y cuando
pretende arrancar ya es tarde para lograr interesarnos.
Independientemente de que este no sea mi género preferido, la película
resulta casi un insulto a la inteligencia del espectador, ofreciendo un
producto de usar y tirar que no me atrevo a definir muy bien aunque una cosa
tengo clara: esto no es cine.
Simplemente espantosa.
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