Existen
directores que, pese a contar con una filmografía no demasiado extensa, han
conseguido imprimir a sus obras de un sello personal, capaces de hacer que su
autoría sirva como definición de un género en sí mismo.
Jean-Pierre
Jeunet, cimentado en apuestas visuales impactantes aunque arriesgadas, como Delicatessen, La ciudad de los niños perdidos o, incluso, Alien Resurrección, será siempre recordado por ser el autor de Amelie, y el realizador, en lugar de
renegar de ello, se siente orgulloso y repite esquemas en esta nueva película
que no pocos han definido como un “Amelie
con niño”.
Ambientada
en un pueblecito de interior de Estados Unidos narra la alucinante historia de
T.S.Spivet, un niño de diez años de una inteligencia sobrenatural que inventa
una rueda de movimiento continuo con lo que es correspondido por un prestigioso
premio de la organización Smithsorian.
Atrapado en una familia que no lo comprende (su padre vive encerrado en una imagen del viejo oeste ya caduca, su madre está obsesionada con la investigación de los escarabajos y su hermana solo piensa en su admiración por los concursos de belleza) y con un tormentoso secreto relacionado con la trágica muerte de su hermano gemelo, T.S. decidirá ocultar su verdadera edad y aceptar el premio aunque ello le suponga atravesar medio continente sin más medios que su valor y su inteligencia.
Atrapado en una familia que no lo comprende (su padre vive encerrado en una imagen del viejo oeste ya caduca, su madre está obsesionada con la investigación de los escarabajos y su hermana solo piensa en su admiración por los concursos de belleza) y con un tormentoso secreto relacionado con la trágica muerte de su hermano gemelo, T.S. decidirá ocultar su verdadera edad y aceptar el premio aunque ello le suponga atravesar medio continente sin más medios que su valor y su inteligencia.
Así
arranca esta brillante comedia interpretada por Kyle Catlett y con la
participación de Judi Davis (curiosamente una habitual de Allen), Helena Bonham
Carter y Cullum Keith Rennie en la que Jeunet hace gala de todo su buen hacer
con una historia cargada de ternura y humor sin renunciar a los derroches
visuales que le son tan característicos.
Cargada
de personajes tan absurdos como adorables, El
extraordinario viaje de T.S.Spivet en una conmovedora fábula, casi un
cuento, en forma de road movie sobre los valores verdaderamente importantes en
la vida y la necesidad de superar los malos momentos haciendo fuerza con los
seres queridos en lugar de encerrándonos en nuestra propia soledad interior. De esta manera, amparándose en un dramático suceso, Jeunet construye una metáfora sobre la familia y el amor consiguiendo no renunciar en ningún momento a la diversión y recordándonos el valor de la inocencia en la infancia, por más que sea un infante tan especial como este.
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