lunes, 20 de febrero de 2017

LA GRAN MURALLA, espectacular aunque ridícula

La linterna roja, La joya de Shangai o Hero son algunos de los títulos que vienen a la cabeza cuando alguien habla del director chino Yimou Zhang. Visualmente impecable, el realizador pertenece a esa generación de autores capaces de componer poesía con sus puestas en escena y sus impecables coreografías. 
En los últimos años, Yimou Zhang parecía haber mutado ligeramente, siendo su última película, Amor bajo el espino blanco, una de sus obras más intimistas. Sin embargo, su paso por Hollywood ha supuesto un retorno al cine más épico y espectacular, con una película mucho más comercial (en el sentido más blockbuster de la palabra) que aun así le permite mantener su colorido y su estilo visual.
La gran muralla china, una de las siete maravillas del mundo, parece querer aunar al país oriental con el resto de occidente, y como metáfora cinematográfica la película supone la unión entre la cinematografía china con la americana, siendo producida por Legendary, productora americana perteneciente a una filiar china (Wanda) también responsable de Warcraft.
La gran muralla cuenta la historia de dos mercenarios, un americano y un español, que son apresados por un ejército chino apostado en la famosa muralla poco antes de ser atacados por una horda de bestias de origen extraterrestres que, en caso de superar la muralla, pondrán en peligro a China y, por extensión, a toda la humanidad.
Allí, William y Tovar tendrán que debatirse entre robar la pólvora a los chinos (una nueva arma que os `puede hacer ricos) o ayudarles a luchar y defender la muralla.
No nos vamos a engañar: la historia es un completo sinsentido. No hay casi nada que suene a lógico en un despropósito de guion que resulta más ridículo a cada minuto que pasa y con un desarrollo de personajes tan torpe como simple. Sin embargo, muchas de estas situaciones absurdas tienen un claro objetivo: quedar a disposición de la fantasía de Yimou Zhang y su despliegue visual. Con el dinero que le han dado los americanos y la manga ancha que parece haber tenido para la puesta en escena, el realizador compone espectaculares batallas, sin renunciar a los juegos de color a los que nos tiene acostumbrados, y se recrea con la presencia de unas criaturas bastante bien diseñadas. 
Más próxima a las batallas épicas de la Tierra Media que a los combates de Warcraft, la película avanza de afrenta en afrenta con espectacularidad y diversión, consiguiendo que incluso personajes tan irrelevantes como el interpretado por Willem Dafoe (aún no sé qué pinta en esta peli) no lleguen a molestar demasiado.
Me preocupa como Hollywood está empezando a poner sus ojos en escritores de bajo nivel con obras más divertidas que brillantes, y si la trama de Batman, la LEGO película urdida por Seth Grahame-Smith (que se hizo famoso por su novela Orgullo y prejuicio y zombies) es para mí un lastre para el film, La gran muralla parte de un argumento igual de torpe de Max Brooks, el autor de Guerra Mundial Z
La pregunta que debemos hacernos a la hora de enfrentarnos a esta película es si nos compensa soportar una ristra de sinsentidos y torpezas argumentales infinita a cambio de acción bien narrada y espectáculo visual o no. Y a mí, personalmente, que la propia muralla sea un absurdo y que las tácticas del ejército chino sean tan chuscas como inútiles me importan bien poco a cambio de ver a las mujeres guerreras vestidas de azul saltando al vacío para enfrentarse a sus enemigos lanzas en mano o el ejército de globos elevándose al firmamento.
Por eso, el mayor acierto de Legendary es permitir que esta sea una película de Yimou Zhang antes que una película de Matt Damon. Eso es lo que la salva.

Valoración: seis sobre diez.

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