Poco
a poco Netflix se va forjando un buen listado de películas propias, algunas
francamente interesantes, como al española Siete años, otras excesivamente mediocres, como Los ridículos seis.
Spectral era uno de sus platos fuertes en las pasadas
Navidades, aunque no he encontrado tiempo hasta ahora para poder echarle un
ojo. No es, sin embargo, una producción propia, ya que originariamente fue Legendary
quien se hizo cargo de ella con la idea de ser estrenada en cines en formato
3D. finalmente, con Universal como distribuidora, algo les olió a chamusquina y
se echaron atrás, y ahí es cuando pasó a ser propiedad de la cadena de stremming
y a convertirse en un producto televisivo.
Dirigida
por el desconocido Nic Mathieu, la película nos traslada a un futuro cercano en
el que durante un conflicto bélico en Europa del Este los soldados americanos
son aniquilados por una fuerza desconocida que solo puede ser vista a través de
unas gafas propiedad de DARPA. Cuando el científico responsable de su diseño se
traslada a la zona de guerra se encuentra con que la misteriosa amenaza se
representa en formas humanoides espectrales.
Muchas
son las cosas a las que puede recordar la película, desde Black Hawk derribado hasta La
hora más oscura, pasando por cualquier referencia a cintas de corte
sobrenatural y con una estética propia de los videojuegos. Pese a contener un
trío de actores bastante competente (James Badge Dale. Emily Mortiner y Bruce
Greenwood), los personajes apenas son arquetipos poco definidos sin más función
que dar sentido a la acción, una acción bien narrada y con un aspecto visual
bastante conseguido, aunque quizá se eche en falta algo más de diversión.
Y
es que precisamente el problema de Spectral
es que se toma demasiado en serio a sí misma, y siendo un film de corte bélico,
y con la proximidad de la excelente Hasta el último hombre de Mel Gibson, las comparaciones terminan resultando
odiosas. Además, su tramo final decae bastante al empeñarse en explicar
demasiado el misterio y buscarle una lógica verosímil, cambiando el aspecto
sobrenatural por el científico y torpeando un poco la acción.
Con
todo, pese a sus evidentes limitaciones, la película resulta entretenida y
simpática, y su incorporación al catálogo de Netflix la convierten en una buena
propuesta para un domingo por la tarde, aunque sí es posible que en cines
quedase demasiado limitada.
Valoración:
Cinco sobre diez.
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