Habitualmente las comedias familiares me suelen dar algo de rechazo, más desde que la presencia de Jennifer Gardner no es para nada sinónimo de garantía. De hecho, en ese cine edulcorado y excesivamente infantil es donde se ha estancado la antaño protagonista de obras más o menos de culto como feo la serie Alias, y cuya carrera empezó a estrenarse con el tropiezo de Elektra, un desastre del que no se la puede considerar culpable.
Sin embargo, El día del sí, el último estreno de Netflix, sub sin ser nada del otro
mundo, consigue vencer en su empeño de ser divertida pese a la blancura de su
tratamiento. Más familiar no puede ser la cosa: unos padres, agotados de ser
siempre « los malos de la película» a ojos de sus hijos aceptan otorgarles un
día completo en el que deberán decirles que sí a todo. Naturalmente, los niños
aprovecharán esa jornada para abusar de la buena fe de los progenitores y,
naturalmente, tras una serie de fracasos y lágrimas (tampoco muchas, no se
asusten), la cosa se va a encauzar, demostrando que la familia lo es todo, que
hay que hacer caso a los padres y que estos pueden molar aunque estén obligados
a poner ciertos límites. Lo de siempre en una comedia familiar, vamos.
No obstante, y sin
que se le puede pedir devastado, el director Miguel Arteta y el guionista
Justin Malen se las apañan para que el ritmo no decaiga en ningún momento, las
peripecias sean suficientemente entretenidas y la obra funcione como un tiro.
Es de esas
películas que hay que saber a lo que te enfrentas, pero ahí aceptar la
propuesta permite pasar un rato entretenido ante la pantalla.
Y si es con la
facilita, mejor.
Valoración: Seis
sobre diez.
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