Aunque su filmografía diste mucho de ser perfecta, Dani de la Orden ha resultado ser uno de los directores más solventes de este país, siendo capaz de estrenar una película nueva cada año (sólo se le escapó el 2017, en el que estaba liado con la serie Élite). Se trata de un realizador de gran sensibilidad y valioso toque agridulce, que me tiene enamorado desde que debutó, en el mercado catalán, con su binomio de Barcelona, nit d'estiu y Barcelona, nit d'hivern, y que me funciona mejor en películas pequeñas e intimistas que en comedias de altos vuelos.
Loco por ella llega de la mano
de Netflix, pero lo hace con una
aparente sencillez que aleja el film de esas comedias algo artificiales y
esquemática como fueron El pregón y,
sobretodo, El mejor verano de mi vida,
para mí su película más floja y donde sólo me funcionaba el aspecto más
sensible de la trama.
En Loco por ella regresa al género
romántico proponiendo la difícil relación de una pareja que tras una noche loca
deciden seguir cada uno por su lado sin ataduras ni obligaciones. Pero claro,
las cosas no son siempre tan sencillas y Adri, el personaje al que da vida
Álvaro Cervantes, no puede evitar enamorarse de la impulsiva y excéntrica Carla
(Susana Abaitua). Lo malo es que cuando consigue localizarla descubre que está
ingresada en un hospital psiquiátrico y la única manera de estar con ella es
consiguiendo que lo ingresen también a él.
Esta es una de esas
películas de concienciación social que tengo gusta calificar como «necesaria»,
que aprovecha su historia romántica, tampoco excesivamente original, para
presentar a una serie de secundarios con diversas enfermedades mentales. Así,
resulta muy tentador compararla con ese gran éxito (incomprensible para mí, más
allá de por las buenas intenciones) de público y crítica que fue, hace unos
años, Campeones. No obstante, nunca
llegué a comulgar con el tono de comedia de la película de Freser, tan
esperpéntica que rozaba el ridículo y dificultaba mi empatía con los
protagonistas con discapacidades mentales. En la película que nos ocupa, sin
embargo, el catálogo de enfermedades que presentan los secundarios, casi el
mismo repertorio visto en Toc toc, es
tratado con sumo respeto, consiguiendo que cada uno de ellos inspire ternura e
invitando a la comprensión. De hecho, aunque sus peripecias por el psiquiátrico
resultan muy divertidas, nunca se trata de usarlos como referente cómico,
siendo la situación más hilarante y loca la protagonizada, por contraposición,
por el jefe de Adri, un imbécil en potencia al que da vida Alberto San Juan.
Cierto es que el argumento gira principalmente en todo a Adri y Carla y se echa
en falta algo de tiempo para conocer más a fondo al resto de internados, pero
con la subtrama protagonizada por Luis Zahera basta y sobra para emocionarnos y
sobrecogernos.
Se puede reprochar
que en el fondo se recurra a las mismas situaciones y giros típicos de las
comedias románticas, y tampoco creo que Dani de la Orden se esfuerce por
evitarlo, resaltando cada emoción con esas canciones tan habituales en su
filmografía, pero al final logra salirse con la suya en su pretensión de
divertir y emocionar, provocando la lagrimita cuando se lo propone.
Loco por ella es previsible y
rompedora a la vez, y se las apaña muy bien para enamorar sin complicarse
demasiado.
Valoración: Siete
sobre diez.
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