Mattson Tomlin escribe y dirige un film original de Hulu que aquí ha ido a recaer en Netflix que, con Chloe Grace Moretz como máxima estrella, aspiraba a ser uno de los pelotazos del año, quedando finalmente en una película muy flojita que promete mucho más de lo que da.
Se
podría decir que a nivel argumental, Madre/Androide se divide en dos partes, ambas ligeramente fallidas. La primera de ellas nos
presenta un mundo postapocalíptico en el que los androides han tomado la Tierra
y los pocos supervivientes deben vagar en busca de refugio. Ahí es donde
encontramos a la pareja protagonista, dos jóvenes enamorados y embarazados que
aspiran a llegar hasta Boston donde, dicen, hay barcos llevando a los
supervivientes a Corea, una de las zonas seguras en esta nueva sociedad. El
problema en este primer tramo de película está en que la ausencia de la amenaza
invita a comparar la película con uno de los episodios más aburridos de The Waling Dead. No en vano el paisaje
es ya demasiado familiar, con los protagonistas vagando por los bosques
americanos eludiendo el peligro y dudando si unirse a otros supervivientes es
positivo o negativo. En este caso, la amenaza es tecnológica, pero lo mismo podrían
ser extraterrestres, zombies, mutantes o incluso espectros.
Es
en la segunda mitad cuando se anima la cosa, pero en este caso, la sombra (más
conceptual que visual) de Terminator
es muy alargada, y eso de androides que se revelan contra la humanidad evoca
demasiado a Skiner, siendo muy diferente lo que aquí se plantea con las escenas
apocalípticas de la saga de Cameron. Así y todo, el panorama planteado podría
resultar suficientemente estimulante si Tomlin hubiese decidido apostar más
abiertamente por este aspecto, pero el director parece más interesado en el
plano emocional del film, que si bien tiene un desenlace contundente, no cuenta
con tiempo (o pericia) suficiente como para conseguir que la química entre
Moretz y Algee Smith nos enamore. Como ejemplo simple, baste ver cómo los
temores de los jóvenes al descubrir el estado de buena esperanza (a modo de
flashbacks) no tienen más repercusión en el resto de la película.
Así,
la película puede resultar entretenida y, por algún momento, emocionante, pero
nunca llega a dar el paso decisivo como para diferenciarse de las cientos de películas
similares, areciendo, además, de la posible denuncia social que bien podría haber
salido a colación.
En
resumen, que la película se deja ver pero teniendo siempre claro que no vamos a
ver nada muy diferente de otras propuestas del género, siendo una película más emocional
que visceral.
Valoración:
Cinco sobre diez.
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