lunes, 15 de julio de 2019

DIEZ PIEZAS CLAVES EN EL MCU

Ahora sí. Con la llegada de Spiderman: lejos de casa la Fase Tres del Universo Cinematográfico de Marvel ha llegado a su fin. Seguirán llegando películas Marvel, pero la saga del Infinito ha concluido y desde ahora ya nada volverá a ser lo mismo.
Al final, pese al (desde mi parecer, ridículo) reestreno de Endgame, no se ha conseguido alcanzar en taquilla mundial a Avatar (aunque va a ser cuestión de días), pero eso no debe deslucir el milagro cinematográfico que se ha logrado, haciendo unas películas que consiguen aunar emoción y espectacularidad, que han encandilado a millones y que han terminado por convencer también a la crítica.
La saga Marvel ha cambiado la forma de entender el cine, y aunque en la Universal ya se había jugueteado con eso de los Universos compartidos al unir en sus películas clásicas a Drácula con Frankenstein o el Hombre Lobo, no es nada comparable al puzle seriado que se ha ido construyendo hasta la epopeya fílmica que suponen Infinity War y Endgame. Visto ahora, parece fácil, casi lógico, pero los que lo tratan de imitar no están sabiéndolo hacer, así que algo de mérito debe tener. Que se lo digan si no al fallido antes de empezar Dark Universe, que lo intentó en vano con Drácula e insistió con La Momia sin pasar nunca de esa primera película. O al DCEU, que tras el fiasco de Liga de la Justicia parece haber denunciado y apostar mejor por películas individuales como Aquaman Shazam. De todas formas, es fácil añadir al lenguaje cotidiano conceptos tan bizarros como el Warrenverso o el Arrowverso y todos quieren jugar a lo mismo a ver si atinan y les suena la flauta por casualidad.
 Pero con Marvel no hay casualidad que valga. Todo está estudiado desde los cimientos y con un plan bien organizado, con las lógicas y necesarias improvisaciones y la dependencia a los resultados de taquilla, eso está claro, pero que han hecho de su fórmula una clave de éxito casi imbatible.
Es por ello que, a modo de despedida, he querido hacer un repaso por los diez pilares fundamentales que han hecho posible esta saga de veintitrés películas, series televisivas aparte.:
·        Stan Lee. Padre fundador del concepto, guionista de Marvel desde el inicio de los tiempos y cocreador de los principales héroes de la casa. Fue el primero en entender cómo funcionaba este negocio, en saber vender a sus creaciones más allá del simple papel y en creer en que merecían una oportunidad en el celuloide, por más que hasta hace apenas quince años nadie lo haría creído posible. Entrañable, querido y añorado, ha sido un referente en cuestión de cameos y solo unos meses le han impedido ver el final de la saga. O sí, porque nadie duda que el bueno de Stan es inmortal.
·        Kevin Feige. Vinculado a Marvel desde el año 2000, ha estado presente en todos los proyectos cinematográficos de la casa, aunque no fue hasta el 2007 en que pasó a ser presidente de producción y tener un peso específico fundamental para la creación de Iron man. Lejos de la sombra de Avi Arad, puso los cimientos del Universo Compartido y nadie duda de que es el máximo responsable de todo lo bueno y lo malo que les pase a nuestros héroes en la pantalla grande.
·        Sarah Halley Finn: nombre menos conocido que el de Feige pero que nunca me cansaré de reivindicar. Directora de casting de todas las películas del MCU a excepción de El increíble Hulk, ella es la responsable de que no seamos capaces de imaginar a Steve Rogers o Tony Stark con otro rostro. No consiguió convencer a Terrence Howard para repetir como Máquina de guerra, pero esa es su único borrón en una serie de elecciones intachables, incluyendo la sustitución de Edward Norton como Hulk o la de recuperar actores para simples cameos enlazando unas películas con otras. Sirva su reconocimiento para rendir tributo, también, a los Robert Downey Jr., Chris Evans, Tom Holland, Chris Hemsworth, Tom Hiddleston, Scarlett Johansson, etc. sin los que esto no hubiera sido posible.
·        Jon Favreau: Se podría usar la típica frase de “contigo empezó todo”. Director de Iron man e Iron man 2, fue quien sentó las bases y logró que nos creyésemos que un hombre con armadura podía volar. Dio el tono justo de humor y acción a su Iron man y, aunque no repitió en la tercera entrega se ha mantenido como productor y asesor, desmintiendo esos rumores de mala sinfonía entre él y los estudios (de hecho, se ha mantenido como actor hasta Spiderman: Lejos de casa).
·        Disney. Muchos anticipaban la compra de Marvel por parte de Disney como el peor de los males, pero, por más que los haters se empeñen en ver una cierta “dulcificación” en las películas, lo cierto es que la única influencia que la productora del ratón ha tenido en el MCU es la de garantizar su saneamiento económico. Cada estudio trabaja de manera independiente, y eso explica, por ejemplo, las diferencias de coherencia interna entre el MCU de Marvel y las películas de Star Wars de Lucasfilms, ambas de Disney.
·        Joss Whedon. Han pasado muchos directores por el MCU, algunos más influyentes que otros, grandes autores o simples artesanos, pero tras Favreau, el más influyente fue Joss Whedon. Si el primero había conseguido que alucináramos con un héroe específico, el segundo consiguió que la primera película de un supergrupo fuese una verdadera fiesta, en la que además fue guionista. Todo estaba preparado para colisionar en Los Vengadores, y si esta no hubiese funcionado, el final podría haber llegado antes de lo previsto. Pero el reparto de protagonismo, los diálogos brillantes y la puesta en escena fue tan perfecta que ya nada lo podría parar, ni siquiera que Vengadores: la era de Ultron fuese algo inferior.
·        Jim Starlin. ¿Y este quién es?, os preguntaréis los más cinéfilos. No es justo hablar de méritos sin nombrar a los verdaderos creadores, los que guionizaron los comics originales. Tras Lee, se podría hacer mención al trabajo de Bendis, Brubaker, Straczynski, Ellis, Englehart, Pak, Simonson, etc. Pero la importancia de Starlin es fundamental para la saga. No en vano fue el creador de Thanos (aparte de Drax y Gamora), sino que fue quien concibió también la saga del guantelete del Infinito en la que se basa todo esto.
·        Christopher Markus y Stephen McFeely. Pocas veces se acuerdan de los guionistas de una película, pero estos dos merecen una placa de oro en los despachos de Marvel. Debutaron con Capitán américa: el primer Vengador, y aunque en aquel momento no llamaron mucho la atención, fueron los encargados de continuar con las aventuras del Capi en una trilogía casi perfecta que les valió el derecho de escribir también la gran historia final, dividida en Infinity War y Endgame. Su único tropiezo fue el libreto de Thor: el mundo oscuro, en colaboración con Christopher L. Yost, quizá la película más floja del MCU. Será que trabajan mejor solos…
·        Anthony y Joe Russo: Y vuelvo a hablar de directores. Llegaron de tapadillo, con un par de comedietas en su haber y algunos capítulos (los mejores, todo sea dicho) de la serie Community en su haber. Y lo revolucionaron todo. Huyeron de lo que muchos llaman “la fórmula Marvel” por su humor liviano al hacer con El soldado de invierno la película más oscura de la casa, remataron la saga del Capi y, como Markus y McFeely, se ganaron el derecho de culminar la historia de Vengadores con un dominio de la cámara y la acción que pocos podrían alcanzar. Además, el principal mérito de Infinity War fue unir a personajes de cariz tan diferente y conseguir que funcionara. Todo un desafío.
·        Spiderman: Y concluyo con los propios personajes. ¿Cuál es el protagonista más trascendental para la saga? Desde luego, Iron man y Capitán américa son los ejes sobre los que se basa todo el peso del MCU, hasta el punto de romper posturas de una manera irreparable en Civil War. Ellos forman parte de una especie de trinidad superheróica en la que el Thor cinematográfico está un pasito por detrás que el de los comics, pero, ¿qué pasa con Spiderman? Incorporado al MCU de forma tardía, se podría pensar que su participación en la saga es algo menor. A fin de cuentas, como muy bien se encarga de decir él mismo en Lejos de casa, todo esto le viene grande. Sin embargo, los guionistas han querido reconocer la grandeza del personaje situándolo como la clave de todo. A fin de cuentas, es su desaparición la que provoca que Iron man decida actuar en Endgame, propiciando que se abra una puerta a la esperanza. Él es, junto al propio Ant man, un héroe inesperado, el triunfo de los “pequeños”. Y por ello no solo es clave en el final de la trama, sino que es muy oportuno que sea su película en solitario la que cierre toda la saga y muestre las consecuencias de lo sucedido.

Esta es mi manera de dar las gracias a los que han hecho posible que los últimos once años hayamos disfrutado de películas que habría sido imposible imaginar en nuestra infancia.
No están todos los que son (no voy a negar la influencia de Kenneth Brannagh, James Gunn, Taika Waititi, etc.), pero sí son todos los que están.

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