jueves, 15 de agosto de 2019

HISTORIAS DE MIEDO PARA CONTAR EN LA OSCURIDAD

Auspiciada por Guillermo del Toro y dirigida por André Øvredal, autor de la notable La autopsia de Jane DoeHistorias de miedo para contar en la oscuridad parte de los relatos cortos de Alvin Schwartz, a los que se les ha querido dar una trama única que no termina de funcionar del todo bien.
Lo que más llama la atención de la propuesta de Øvredal es su tono. Ambientada a finales de los años sesenta, la película tiene una ambientación que recuerda inevitablemente a dos referentes del terror juvenil más ochentero que podamos encontrar hoy en día, It Stranger things, recordando a esos productos de terror de la época dignos de la serie B o de rarezas como Creepshow y sus imitaciones. Estamos, por tanto ante un terror casi adolescente que en nada se parece a las películas de los Warren y compañía, para que nos entendamos, y que puede descolocar al espectador más adulto.
Sin embargo, los nuños de los años ochenta no son los de ahora, y la sobreprotección (estéril dirían yo, aunque eso es otro tema) de hoy en día puede provocar que este tampoco sea un producto apto para ellos, demasiado truculento en ciertas ocasiones (me viene a la mente también el reciente ejemplo de la maravillosa re imaginación de Muñeco diabólico).
Con todo, Historias de miedo… es un cuento de horror con mimbres góticos que parece aunar el universo de Pesadillas (otra película de terror juvenil basada en la literatura) con la imaginería propia del productor mejicano, con títulos como La cumbre escarlata como principal referente.
El punto de partida de la historia es la visita de un grupo de chavales algo inadaptados (tres amigos y un recién llegado) a una mansión que se supone está encantada. Allí descubre el terrible secreto de la niña a la que tenían encerrada y cuya única distracción era escribir historias de miedo que, en función a los temores de los propios protagonistas, terminan por hacerse reales.
Mejor como antología de secuencias independientes que como obra unificada, la película se sostiene bien gracias al trabajo de los actores (en especial Zoe Margaret Colletti, que ya se había dejado ver en el remake de Annie y que aquí soporta con brillantez el peso protagonista) y al empaque visual que Øvredal consigue ofrecer a los diversos momentos de terror, algo lastrados por la tendencia a la exageración de la imaginería de Del Toro, pero efectivos al fin y al cabo.
Al final, Historias de miedo… es una interesante propuesta pese a quedar a medio camino entre dos mundos, cuya principal pega es que deja un ligero saborcillo a que podría haber aspirado a mucho más.


Valoración: Seis sobre diez.

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