Continúo rebuscando en mi lista infinita de Favoritos y sigo rescatando películas originales de plataformas, Netflix principalmente (que por algo es la que no estrena en cines). En este caso se trata de El final de todo, una película de supervivencia casi apocalíptica bastante simpática que, analizada a fondo, tiene más chicha de lo que puede parecer.
Will Younger está muy enamorado de su novia Kat, con la que espera su primer hijo. Tanto, que atraviesa todo el país para acudir a una cena con los padres de ella y, de paso, pedirles la mano. La cena es un desastre, principalmente por el poco filing que tiene con su futuro suegro, Tom, un estricto ex marine. Pero cuando una serie de catástrofes los dejan incomunicados y con Kat en una situación incierta ambos hombres deciden cruzar en coche todo el país en busca de la embarazada.
Fragmentada en tres bloques muy claros, la situación en Chicago desde la que nos presentan el desolador panorama, la travesía de Chicago hasta Seattle, convirtiéndose en una road movie clásica en la que los peligros servirán también para que Will y Tom aprendan a conocerse y respetarse, y el desenlace final. Así, la película va transformándose y eso permite que, pese a su escasez de recursos, no llegue a resultar monótona.
Es cierto que no arriesga en exceso y que un visionado general la definiría como de normalita, pero cuenta lo la baza de intrigar contantemente acerca de lo que está pasando, algo que nunca se llega a explicar (incluso se plantean teorías que no quedan confirmadas) pero que analizando las pequeñas pistas que nos dan nos puede llegar a dar una explicación más o menos convincente.
Por otro lado, una de las criticas negativas que más se han repetido es acerca de su abrupto final, que a mi personalmente me recordó al de La Niebla (la novela más que la adaptación fílmica) y cuya explicación no es otra que el hecho de que el director David M. Rosenthal está más interesado en las personas que en los hechos, y que lo que nos quiere contar es un relato de supervivencia, el periplo de un joven por reencontrarse con su amada. Lo que el destino les depare después, ya queda a la imaginación del espectador.
En fin, película simple pero que no aburre, efectiva en su planteamiento y con algo de lucimiento visual en su tramo final, en la que se agradece tener como aliciente añadido a dos rostros conocidos como Theo James y Forest Whitaker. No es la panacea, pero se deja ver.
Valoración: Seis sobre diez.
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