Otra película de esas que tenía pendientes en el cajón es Rescate en el mar Rojo, propuesta con tintes bélicos a mayor gloria de Chris Evans en la que, por una vez, los héroes no son los americanos (que también) sino los israelíes, quizá debido a que tras el film está el director nacido en Jerusalén Gideon Raff, responsable de la serie original que dio pie a Homeland.
Con todo, la película está inspirada en hechos reales (ya sabemos todos lo que significa eso) y cuenta la historia de un grupo de agentes del mossad capaces de todo, incluso desoyendo sus propias órdenes, para poner a salvo a un grupo de refugiados etíopes.
Atrapados por señores de la guerra en Sudán, el plan para lograr sacarlos de allí y llevarlos sanos y salvos a Israel es tan absurdo e insólito que recuerda por momentos al argumento de la película, también basada en hechos históricos, Argo. Si en el film de Ben Affleck los rescatadores se hacían pasar por un equipo de producción de Hollywood, en esta ocasión el plan consiste en alquilar un hotel para turistas a orillas del mar Rojo y usarlo como tapadera para despistar a los militares sudaneses.
A priori, la película lo tiene todo para triunfar: un argumento interesante, una dirección experimentada, interesantes localizaciones y un buen reparto en el que se encuentran Michael Kenneth Williams, Greg Kinnear, Ben Kingsley, Haley Bennett o Michiel Huisman entre otras caras conocidas.
Sin embargo, y sin que se pueda argumentar demasiado como para clasificarla como una mala película, algo no termina de funcionar en ella. Quizá es que Raff, demasiado acostumbrado al lenguaje televisivo, plantea esta película casi como si se tratase del piloto de una serie y, pese a tener un arranque francamente interesante y una muy correcta presentación de personajes (clásica secuencia del protagonista formando un equipo), al final le falta tiempo para poderlos desarrollar mejor, haciendo que Evans termine resultando una versión sin poderes de su Capitán América (un alma pura, sin claroscuros, que incluso se trae aquí alguna frase propia de su alter ego en Marvel) y sin que el resto del equipo tenga tiempo de lucir demasiado. Y, buscando un poco por Internet sobre la historia real del resort conocido como Arous, la cosa habría dado para unos cuantos capítulos. Quizá, visto el enfoque dado por Raff, la opción más acertada habría sido una mini serie al estilo de la BBC.
No obstante, la película no aburre en ningún momento, resultando emocionante y emotiva y siendo un entretenimiento bastante aceptable. Es solo que quizá se podría haber hecho mucho más con la historia y los actores…
Valoración: Seis sobre diez.
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