Una
de las críticas más frecuentes que se hace a Netflix es la discreta
calidad de muchas de sus propuestas. Eso no es del todo justo, aunque sí es
cierto que tienen un fondo de armario tan inmenso que hay sitio para todo y normalmente
uno solo se percata de las novedades anunciadas a bombo y platillo. Es
necesario estar muy atento para descubrir todos los secretos que oculta o tener
tiempo libre, como es el caso, para atreverse con propuestas tan disparatadas
que quizá, a simple vista, no atraigan demasiado.
Es el caso de Entre dos helechos: la película, un título poco sugerente para una película que, a bote pronto, no se sabe si es un documental, un programa de entrevistas o un reality. Pues os lo voy a resumir: es una maravilla.
Entre dos helechos es una película (sí, puede parecer muy evidente, pero yo no lo tenía tan claro hasta que la vi) con una trama muy sencilla. El presentador de un programa de entrevistas de medio pelo debe recorrer medio país con su equipo grabando nuevos episodios para conseguir aspirar a presentar un late night. Una premisa muy tontorrona si no fuese por la realidad en la que se basa.
Interpretada por Zach Galifianakis, los programas a los que hace referencia existieron realmente, en la época en la que el actor aún no había participado en la saga de Resacón en las Vegas y hacía el gamberro de la mano de Will Ferrer en una serie de entrevistas desafortunadas e incomodas que ríete tú de Pablo Motos.
Inspirados por esa época, Galifianakis y Scott Aukerman (otra de las “mentes pensantes” de aquel disparate y que se encarga de la dirección de esta película) han ideado este divertimento cuyo principal mérito es conseguir condensar esos diez años de programas en una película sin perder nada de chispa. Para ello, es vital la participación de grandes nombres de la industria, que han sabido mostrar su cara más absurda prestándose a que, directamente, se burlen de ellos. Así, en una serie de set pieces de diálogos hirientes y sacando punta a todos los defectos (ya sean reales o estigmas de sus personajes) de gente como Matthew McConaughey, Paul Rudd, Keanu Reeves Tessa Thompson, Benedict Cumberbatch, Brie Larson, o Peter Dinklage entre otros muchos.
Así, aunque el argumento es o de menos (aunque deja para el recuerdo momentos bastante memorables de un Galifianakis que, aun interpretándose a sí mismo, no puede ser más idiota), los momentos hilarantes del film son tantos y con tanta gente dispuesta a reírse de uno mismo que el resultado final no puede ser más que grandioso.
Una película desternillante y con una mala baba increíble.
Valoración: Ocho sobre diez.
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