lunes, 13 de septiembre de 2021

Netflix: NO SE PUEDE HUIR DEL AMOR

Dentro del amplio y variado catálogo de Netflix hay dos temas que se le da especialmente bien: el terror y la comedia romántica, imagino que tratando de contentar (siempre aceptando como reales ciertos tópicos) tanto al público masculino como al femenino.

No se puede huir del amor (aunque mucho más conciso es el título original de Resort to love) se engloba en el segundo grupo y narra las vicisitudes de una aspirante a cantante que, en pleno bache profesional y emocional, decide aceptar un empleo en un resort de Isla Mauricio, sin esperar que su pasado la vaya a perseguir.

No hay nada nuevo bajo el sol, y con un reparto básicamente afroamericano (salvo el habitual recurso romántico), parece como si estuviéramos ante una versión de color de la clásica película de Adam Sandler y Jennifer Aniston (me vino a la memoria Sígueme el rollo). Desde ese punto de vista, la película es tan plana y previsible como cabría esperar, resultando efectivo como pasatiempo veraniego por sus bellos paisajes y sus pegadizas canciones, las cuales fueron interpretadas realmente por la protagonista Christina Millian. Haciendo un juego de palabras con su título en inglés, parece que se disfruta más del concepto Resort que del Love, sacándose buen partido de las localizaciones y sirviendo como publirreportaje publicitario para invitarnos a plantearnos ese destino turístico de cara a las próximas vacaciones.

Esta película, como casi todas las del género, es totalmente previsible, y no hay mucha duda de cómo va a concluir, pero al menos los momentos cómicos funcionan más o menos bien, ayudando a digerirla mejor. No va a cambiarnos nuestras vidas, pero puede ser una manera refrescante de despedirnos de la temporada veraniega.

 

Valoración: Cinco sobre diez.

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