lunes, 13 de septiembre de 2021

Cine: SHANG-CHI Y LA LEYENDA DE LOS DIEZ ANILLOS

Después de la bajona que para muchos supuso la inauguración de la Fase Cuatro del MCU mediante Viuda Negra (cosa que comprendo, pese a continuar defendiendo la película de Scarlett Johansson), y dejando de lado (de momento) el tema de las series, todas las miradas estaban puestas en Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos, como si del éxito o fracaso de esta fuese a depender el futuro cinematográfico de Marvel.

La cosa no era para tanto, pues a priori la película parecía ser una obra de las consideradas menores y la escasa popularidad del personaje no es que generara grandes expectativas, pero lo cierto es que la obra ofrecida por Destin Daniel Cretton está más que a la altura, consiguiendo que su Shang-Chi supere de sobras la clase media de héroes de Marvel (donde podríamos situar, por ejemplo, a Black Panther o Capitana Marvel), quedando solo un pasito por detrás de los pesos pesados que son Iron Man y Capitán América.

Un vistazo rápido podría hacernos pensar que la Fórmula Marvel continúa funcionando, alternando escenas de acción espectacular con un humor simpático y a veces cargante, pero lo cierto es que la película protagonizada por Smu Liu consigue tener una personalidad propia, siendo, quizá, de las más alejadas al Universo Marvel. Y eso que no faltan los cameos dignos de provocar aplausos entre los más fanáticos de la casa, pero estos nunca entorpecen el curso de la historia ni dan la sensación (como pasaba, por ejemplo, con la primera de Ant-Man y la escena en la base de Los Vengadores) de ser lastrada por la necesidad de tenerlo todo atado y bien atado. Es como si fuese capaz de ir por libre, al menos hasta el momento de las escenas postcréditos que nos recuerda dónde estamos y qué se espera de esto en el futuro.

La trama no arranca con excesiva originalidad, siendo la clásica historia de orígenes que puede abusar algo de los flashbacks pero sin que estos lleguen a molestar. La historia de Shang-Chi parte en realidad con la historia de su villano, su propio padre, un remiendo del personaje que en los comics era llamado El mandarín (en realidad, en las viñetas Shang-Chi era hijo de Fu Manchú, pero eso no se ha podido repetir aquí por temas de derechos) y que entronca parte de la trama con Iron Man 3 (quizá la única película que sería interesante haber visto antes de enfrentarse a esta).

Shang-Chi es presentado casi como un anti-héroe, un personaje que huye de su pasado y reniega de sus aptitudes, que a priori poco o nada tienen de sobrenatural, pero ya se sabe eso de que el pasado siempre tiende a volver y pronto él y su mejor amiga (dejemos los rollos románticos para otro día) se verán enfrascados en algo más grande de lo que pueden afrontar ellos solos.

Con una planificación visual impecable, que recuerda al estilo chino llamado Wuxia (ahí está, por ejemplo, La casa de las Dagas Voladoras), que sabe recrear la cultura y el folclore chino con mucha más pericia que, por ejemplo, la decepcionante live-action de Mulán, y cuyo único pero se encuentra en un final que podría recordar algo al visto recientemente en esa otra maravilla que es Raya y el último dragón.

Ya he comentado que pese a esos cameos y esas reminiscencias a Iron man 3Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos parece querer volar sola, lejos de la influencia de Marvel. Tanto es así, que durante muchos minutos del metraje casi podríamos creer que estamos disfrutando de algún clásico de Jackie Chan o Jet Li, aunque filmada con más brío. Incluso el facto cómico funciona mucho mejor que en otros títulos de la franquicia, quizá por la impagable química entre Simu Liu y Awkwafina, demostrando una vez más el gran potencial cómico de esta última (y me dejo en el tintero el otro recurso cómico del film por no desvelar la sorpresa).

Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos es, pues, una trepidante aventura, divertida y emocionante, que quizá podría mejorar con respecto al CGI, algo plano y funcional, pero que brilla en el resto de sus facetas, resultando ser una sorpresa muy grata y provocando que tenga ganas de volver a ver a Shang-Chi en otro proyecto, algo que sin duda será realidad a tenor de las críticas y el respaldo del público (esta vez sin que Disney+ se haya metido por medio) que está teniendo.

Ahora sí que, precuelas aparte, la Fase Cuatro queda completamente inaugurada, empezándose a sentar las bases de las amenazas futuras que pueden estar por venir. Y completando un comentario que hice hace unos días por redes, y sin desmerecer a la fabulosa Free Guy: sí, definitivamente, Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos es la película del verano.

 

Valoración: Siete sobre diez.

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