Ya
he hablado muchas veces del miedo que me provoca el exceso de hype antes de ver
una película, y las excelsas críticas positivas referidas a Black Panther tras sus pases previos me
hacían presagiar una merecida decepción. Sin embargo, nada más lejos de la
realidad, y una vez disfrutada puedo confirmar que la última producción Marvel es
todo lo que se ha dicho de ella y más, demostrando que en Disney saben las
teclas que deben tocar para unir a crítica y público y que el fracaso de Liga de la Justicia no es más que una excepción
que confirma que no hay ninguna amenaza que suponga el fin de la burbuja del
cine de superhéroes.
Daba
la sensación de que por mucho que se acusara a Marvel/Disney de hacer películas
fotocopiadas, últimamente se estaba dando más libertad de lo habitual a sus
directores para que diesen forma e identidad a sus películas. No hay duda que
los hermanos Russo han demostrado un estilo particular con sus dos
aproximaciones al Capi: Soldado de Invierno
y Civil War, y lo mismo, aunque
multiplicado por cien, se podría decir de Taika Waititi y su peculiar Thor: Ragnarok. Eso mismo parece haber
sucedido con Ryan Coogler, que con la interesante Creed como único precedente en su currículo, ha podido plasmar sus
ideas con total libertad, consiguiendo dotar al film de una capa de alegato
político y racial que la beneficia en gran medida.
No
sé si cabría definir Black Panther
como un film arriesgado, aunque sabe evitar los convencionalismos del género
con soltura. Si bien su trama general no sea nada del otro mundo y el
espectador habitual pueda intuir en todo momento por donde van a ir los giros
argumentales, lo cierto es que está todo tan bien hecho y con las ideas tan
claras que resulta fresco y novedoso. Black
Panther es como una de esas ensaladas con mil ingredientes que, por
separado, resultan hasta anodinos, pero que jamás podíamos imaginar que juntos
iban a combinar tan bien. Con dos partes bien diferenciadas, la trama de Busan
y la de Wakanda, cada una centrada en un villano en concreto, la película reúne
elementos propios de James Bond (aunque con gadgets aún más alucinantes que en
las pelis del agente 007 pero evitando siempre caer en el ridículo), de los
dramas familiares más shakesperianos, batallas aéreas dignas de Star Wars, intrigas palaciegas a lo Juego de Tronos y espectaculares
combates al nivel del suelo que desprenden un aroma a El Señor de los Anillos. Todo ello sin olvidar que estamos en una
peli de tipos disfrazados y efectos especiales y con la África más tribal, con
sus colores y costumbres (que en alguna escena rememora incluso a El Rey León), como escenario principal.
Un
amalgama de géneros que podrían haber convertido la película en un pastiche
espantoso pero que terminan combinando asombrosamente bien, logrando ser emocionante,
dramática y divertida, con unos toques de humor muy ajustados y sin que en ningún
momento se olvide que hay un trasfondo político muy definido.
Coogler
es el máximo responsable de lograr que este complicado crucigrama tenga final
feliz, gracias en gran medida a tomarse la molestia de definir bien a unos
personajes que van a encandilar al público de raza negra en particular y a
cualquier buen aficionado al cine en general, denunciando sin llegar a
posicionarse, con un villano con buenas motivaciones (algunos incluso podrían
llegar a dudar sobre su condición de villano) y un excelente aprovechamiento de
su elenco femenino, con tres personajes muy diferentes entre sí pero con mucho
que aportar al buen funcionamiento de la historia.
Vinculada
solo lo justo al resto del MCU (solo parece algo atada a Civil War, algo lógico teniendo en cuenta que fue ahí donde se
presentó el personaje), Black Panther
ha demostrado ser mucho más de lo que muchos se temían, una simple peli de
aventuras en la selva, alzándose entre las mejores propuestas del cien de
superhéroes y logrando un nuevo éxito para la saga.
Y
a quien no le haya quedado claro de que va la cosa, que esté atento a las
palabras del protagonista en la primera de las dos escenas postcréditos que
cierran el film: una sola frase sentencia y define a una sociedad de forma
implacable.
Mucho
me temo (aunque ojalá me equivoque) que Black
Panther, aunque será un pelotazo, no va a superar los números en taquilla
de Los últimos Jedi, pero creo que
sería muy interesante que Rian Johnson le pegara un vistazo a esta película.
Podría tener mucho que aprender. Y es que, aunque no lo parezca, hay muchas
similitudes entre Black Panther y Los últimos Jedi, con la diferencia de
que en Black Panther lo resuelven
todo bien, y en Los últimos Jedi…
Valoración:
Ocho sobre diez.
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