The ritual es una película extraña, como muchas a las que nos
está acostumbrando Netflix.
Sin
ser uno de esos grandes estrenos de relumbrón, como Bright o The Cloverfield Paradox, The Ritual se sitúa más
en la línea de las adaptaciones que el canal de streamming ha hecho
recientemente de Stephen King: 1922 y
El juego de Gerald.
Dirigida
por David Bruckner, una de las nuevas figuras del cine de terror presente en la
primera parte de la antología V/H/S,
la película se divide en tres partes bastante diferenciadas.
En
la primera, se hace presentación de los protagonistas, un grupo de viejos
amigos de esos que parecen negarse a crecer y que, a salvo de la protección de
sus esposas, continúan disfrutando de noches de juerga y planificando rutas
vacacionales (en algo que me recordó, en plan serio, a los protagonistas de la
divertida Bienvenidos al fin del mundo,
de Edgar Wright), hasta que un suceso cambia sus vidas para siempre y el
planeado viaje se convierte en un ritual de despedida para uno de ellos.
Los
amigos se trasladan de su Inglaterra natal para recorrer una ruta forestal por
Suecia (aunque en realidad se ha filmado todo en Rumanía), donde terminarán
perdidos en el bosque y sometidos a una serie de extrañas visiones que los introducirá
a un mundo de pesadilla y paranoia que ya se intuye que no va a terminar
demasiado bien. En este momento, la película toma un tinte de terror asfixiante
y complejo que bien podría hermanarse con títulos poco ortodoxos como las
excelente La Bruja o Llega de noche, sin duda amenazando con
plantear más preguntas de las que va a ser capaz de resolver.
Y
entonces es cuando llega el giro final. Y es en ese giro donde se encuentra lo
mejor y lo peor de la película. Hay un intento por parte de Bruckner de dar una
explicación a lo que están viviendo los protagonistas, de dar un sentido a todo
(por decirlo de alguna manera) y, rompiendo con los cánones del género, de mostrar
claramente el aspecto de la amenaza. Y si bien por un lado se agradece que no
quede todo siempre a la imaginación del espectador, por otro la traslación tan
literal de ciertos elementos de la mitología nórdica quizá resulte demasiado
fantástico viendo el tono que hasta ahora tenía la película.
De
todas maneras, aún con sus rarezas y el desconcierto final que provoca, The Ritual es una película interesante y
que se deja ver sin complejos.
Valoración:
Seis sobre diez.
Hola, la tengo ahí pendiente, pues no me decido a verla.
ResponderEliminarUn saludo.