miércoles, 28 de febrero de 2018

THE RITUAL

The ritual es una película extraña, como muchas a las que nos está acostumbrando Netflix.
Sin ser uno de esos grandes estrenos de relumbrón, como Bright o The Cloverfield Paradox, The Ritual se sitúa más en la línea de las adaptaciones que el canal de streamming ha hecho recientemente de Stephen King: 1922 y El juego de Gerald.
Dirigida por David Bruckner, una de las nuevas figuras del cine de terror presente en la primera parte de la antología V/H/S, la película se divide en tres partes bastante diferenciadas.
En la primera, se hace presentación de los protagonistas, un grupo de viejos amigos de esos que parecen negarse a crecer y que, a salvo de la protección de sus esposas, continúan disfrutando de noches de juerga y planificando rutas vacacionales (en algo que me recordó, en plan serio, a los protagonistas de la divertida Bienvenidos al fin del mundo, de Edgar Wright), hasta que un suceso cambia sus vidas para siempre y el planeado viaje se convierte en un ritual de despedida para uno de ellos.
Los amigos se trasladan de su Inglaterra natal para recorrer una ruta forestal por Suecia (aunque en realidad se ha filmado todo en Rumanía), donde terminarán perdidos en el bosque y sometidos a una serie de extrañas visiones que los introducirá a un mundo de pesadilla y paranoia que ya se intuye que no va a terminar demasiado bien. En este momento, la película toma un tinte de terror asfixiante y complejo que bien podría hermanarse con títulos poco ortodoxos como las excelente La Bruja o Llega de noche, sin duda amenazando con plantear más preguntas de las que va a ser capaz de resolver.
Y entonces es cuando llega el giro final. Y es en ese giro donde se encuentra lo mejor y lo peor de la película. Hay un intento por parte de Bruckner de dar una explicación a lo que están viviendo los protagonistas, de dar un sentido a todo (por decirlo de alguna manera) y, rompiendo con los cánones del género, de mostrar claramente el aspecto de la amenaza. Y si bien por un lado se agradece que no quede todo siempre a la imaginación del espectador, por otro la traslación tan literal de ciertos elementos de la mitología nórdica quizá resulte demasiado fantástico viendo el tono que hasta ahora tenía la película.
De todas maneras, aún con sus rarezas y el desconcierto final que provoca, The Ritual es una película interesante y que se deja ver sin complejos.

Valoración: Seis sobre diez.

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